Me estoy muriendo de hambre —contestó Esaú—, así que ¿de qué me sirven los derechos de primogénito?Génesis 25:32.
Lectura: Génesis 25:19-34. Versículo del día: Génesis 25:32.
MEDITACIÓN DIARIA
Lástima que en muchos
hogares poco se valora lo que es en realidad el regalo de la salvación. Se echa
por la borda enseñanzas, ejemplos, vivencias y se vuelve atrás como queriendo
no ser parte de tan apreciado legado. Cada día los valores se pierden con gran
rapidez; infortunadamente quedan los que
son capaces de perderlo todo por un plato de lentejas como le sucedió a Esaú el
hijo mayor de Isaac y Rebeca. Esaú actuó dirigido por impulsos y poco le
interesaron sus derechos de primogenitura. Cambió un momento de satisfacción
por una bendición que hubiese sido de generación tras generación. Esto nos
enseña que cuando Dios coloca en nuestro camino ciertas oportunidades, no
podemos despreciarlas sino precisamente aprovecharlas y gozarlas como bendiciones
que vienen de su mano.
No desechemos sus regalos
y mucho menos la preciosa dádiva de la salvación. Con frecuencia se oye decir
que la principal herencia para dejar a los hijos es la educación y no es que ésta
no sea importante; es que hay algo de
mucho más valor: la herencia de la vida eterna que se reparte a todos por
igual.
Amado Señor: Tu Palabra
dice que tienes para tus hijos planes de
bienestar y no de calamidad. Danos sabiduría para discernirlos, valorarlos y
entender que vienen de tu mano divina y serán de gran bendición para los que nos
siguen en esta ruta terrestre.
Un abrazo y
bendiciones.
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