martes, 13 de enero de 2015

Su amor y misericordia prevalecen




¡Que el Señor te recompense por lo que has hecho! Que el Señor, Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte, te lo pague con creces. 
Rut 2:12.


Lectura: Rut 2:1-23.  Versículo del día: Rut 2:12.

MEDITACIÓN DIARIA

Si nos ponemos en los zapatos de Rut, no debió ser nada fácil dejar su tierra, su parentela, costumbres y dios, para volcarse completamente hacia las creencias de su suegra. El solo hecho de llegar como desconocida a una tierra extraña y saber que todas las miradas estaban puestas en ella, debió ser estresante. Pero también cuánta tranquilidad y satisfacción quizá sintió, al escuchar palabras amables y sinceras como las de Booz que resultó ser uno de los parientes más cercanos a la familia de Nohemí.
Considero que hay dos aspectos para tener en cuenta: el primero, que a veces creemos que es casualidad todo lo que nos pasa sin entender que  es Dios quién está en medio encausando toda situación: “Mis caminos y mis pensamientos son más altos que los de ustedes; ¡más altos que los cielos sobre la tierra!” (Isaías 55:9).  Es el Señor el que mueve todas las fichas de nuestra vida, porque así no lo comprendamos todas las cosas nos ayudan para bien (Romanos 8:28). El plan de Dios se cumpliría en la vida de Rut.
El otro punto para resaltar es entender cuán necesario es saber dar amor y comprensión a las personas cuando llegan a un sitio que no es su terruño y que por circunstancias adversas tienen que enfrentar. Me parece importante destacarlo porque somos indiferentes ante el dolor y la tragedia ajena. En el pasaje vemos cómo el capataz le habló a Booz con misericordia sobre Rut y cómo Booz a su vez dio la orden de ayudarla antes que molestarla y ella se avergonzara (vv. 14-16). Aprendamos la lección: si hoy sembramos con los que nos necesitan, mañana cosecharemos de igual manera.

Amado Señor: Gracias por tu Palabra. Gracias por enseñarnos que siempre vas adelante abriéndonos puertas y dirigiendo la senda por la que nos encauzarás para cumplir tu propósito en nuestras vidas. Gracias también porque nos enseñas que con la medida que medimos, con esa misma seremos medidos.    

Un abrazo y bendiciones. 

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