Tus ojos vieron mi cuerpo en gestación: todo estaba ya escrito en tu libro; todos mis días se estaban diseñando, aunque no existía uno solo de ellos.Salmo 139:16.
Lectura: Salmo
139:1-18; 23-24. Versículo del día:
Salmo 139:16.
AL
DIOS DE MI VIDA
Al Dios de mi vida que
merece toda la honra, la gloria, la alabanza, el honor y la victoria. Al Dios
que me formó en el vientre de mi madre y diseñó todos mis días y no le fue
oculto ni uno solo de ellos. Al Dios que me levanta, me protege, me cuida y
arrulla. Al Dios de mi salvación, Rey de reyes y Señor de señores:
¡Cuánto te amo mi
Señor! Eres el Dios que me acompaña, mi roca, mi refugio, mi amparo y mi
fortaleza. Todos mis caminos te son familiares; aun las palabras que salen de
mi boca, ya las conoces porque ya las sabes todas. Estoy en la palma de tu mano
y tu amor me envuelve por completo. Todo mi ser te anhela. ¡Tengo sed de ti mi
Dios!
Cuando has visto mi
aflicción y mi tristeza nunca me has abandonado. Haz tomado mis lágrimas en la
redoma de tu canto para hacer de ellas un manantial que calme mi alma sedienta.
Me has mirado con ternura y me arrullas cada vez que siento soledad y tengo
frío. ¡Oh Señor! Si quisiera salir de tu presencia, huir de tu Espíritu, sé que
no me dejarías porque incluso allí me sostendrías. Tu amor se eleva tanto, que
es incomprensible para mí. Sólo sé que soy obra de tus manos, tu creación
perfecta y por eso te alabo mi Señor. ¿Cómo no dedicarte mi canto y alabanza por tanto amor que me has brindado?
¡Gracias, muchas gracias por mi vida! ¡Gracias mi Papito Dios!
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario