¡Dejen de confiar en el hombre, que es muy poco lo que vale! ¡Su vida es un soplo nada más!Isaías 2:22.
Lectura: Isaías 2:12-22.
Versículo del día: Isaías 2:22.
MEDITACIÓN DIARIA
El Señor habla a través
de Isaías haciendo saber que: “La altivez del hombre será abatida, y la
arrogancia humana será humillada. En aquel día sólo el Señor será exaltado, y
los ídolos desaparecerán por completo” (vv. 17-18). Se hará sentir como lo que
es: el Dueño y Creador del universo.
Muchas veces tememos a
los hombres y les rendimos pleitesía como si fueran verdaderos dioses y así no
es. No hay por qué temerle al jefe, al pastor y ni siquiera a los padres. A
todos ellos les debemos respeto y si es honra, pues honra. Muy diferente a
temerles y pensar que solo está en ellos el salir adelante. No podemos pasar al
ser humano, lo que le corresponde solo a Dios. “No pongan su confianza en gente
poderosa, en simples mortales, que no pueden salvar. Exhalan el espíritu y
vuelven al polvo, y ese mismo día se
desbaratan sus planes” (Salmo 146:3-4). Hay que darle a Dios el lugar que le
corresponde y no desplazarlo por hombre o mujer alguna. ¿Cuántas decepciones
hemos recibido por poner la mirada en ellos? Estoy segura que a muchos nos ha
sucedido; y no una vez, muchas veces porque se nos olvida quién es el que
verdaderamente está interesado en lo nuestro.
Lógicamente hay un
sentido en el que tenemos que confiar: confianza en el amor, por ejemplo un
matrimonio sin confianza es un martirio; confíanza en el médico; confianza en
los hijos. Personalmente lo definiría más como seguridad. Además hay que
entender que es Dios quien está por encima permitiendo un hogar estable y
amoroso; que es Dios quien mueve las manos del cirujano y es Él, el que le ha
aportado todo su conocimiento; que es Dios también quien guía los pasos de
nuestros hijos; y así en todas las situaciones. Creo que la confianza que Dios
no aprueba en el hombre es la de presunción o vana opinión que pasa por encima
a Dios. Tengamos mucho cuidado en destronar al Señor porque Él es un Dios
celoso y toda la primacía le pertenece.
Amado Señor: Te pedimos
que no nos dejes enrolar en las cosas del mundo, al punto que perdamos el
horizonte que eres Tú en nuestras vidas. Que siempre estemos mirándote a Ti sin
importar la situación que estemos viviendo, plenamente convencidos de que eres
el único Salvador y Dios Todopoderoso y nada te queda grande porque estás por
encima de cualquier circunstancia o dolor. ¡Gracias buen Dios!
Un abrazo y
bendiciones.
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