Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte.Efesios 2:8-9.
Lectura: Efesios 2:1-10. Versículos del día: Efesios 2:-9.
MEDITACIÓN DIARIA
Pero quizá hay algo de lo cual no
nos hemos percatado: es el cumpleaños del Señor Jesús y sin embargo, Él no
demanda de nuestra parte regalo alguno; al contrario, Dios, el Padre celestial
nos muestra su amor tan incondicional, que es quien nos ofrece a su Hijo amado como
regalo: “Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que
todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16). Y no es cualquier regalo; es el mejor. Un regalo que constó dolor, sufrimiento como
ningún otro; sangre derramada, humillación y pasión verdadera en su muerte, pero
también gloria y honor con su resurrección. Un regalo tan grande y especial que ni
siquiera merecemos. Sin embargo está
dispuesto ahí, sobre la mesa. Tal vez te
sientas solo en esta Navidad y no tengas a nadie a tu lado; pero Dios se acordó
de ti y amorosamente viene a brindarte ese presente.
¿Quieres aceptar ese regalo? ¡Jesús es para ti, es para mí, es para todos! Búscale un lugar en el pesebre de tu corazón
para que venga a morar contigo. Lo
puedes hacer ahora con una oración sencilla.
Yo te puedo guiar; dile así:
Amado Dios: Gracias por haber
enviado a tu Hijo Jesús como el mejor regalo que le ofreces a la humanidad y hoy lo acepto para mí. Señor
Jesús: Te necesito. Te abro la puerta de mi corazón y te recibo como mi Señor y
Salvador personal. Gracias porque desde
el comienzo tu amor y humildad han sido incondicionales, y por mi orgullo, no
me había percatado de ello. Perdona mis
pecados y hazme la persona que quieres que yo sea. Gracias por perdonarme y limpiarme, y por
darme una vida nueva a tu lado. Amén.
Un abrazo y bendiciones.
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