miércoles, 4 de diciembre de 2013

Escogidos para admirar sus obras y entender su misterio



Oh Señor, ¡cuán imponentes son tus obras, y cuán profundos tus pensamientos! 
Salmo 92:5.


Lectura: Salmo 92:1-15.  Versículo del día: Salmo 92:5.

MEDITACIÓN DIARIA

Nada se oculta para Dios; Él lo sabe todo y por lo tanto no lo podemos engañar. Hasta en lo más recóndito nos observa y entiende nuestros pensamientos desde lejos. Veamos lo que dice al respecto el Salmo 139: “Señor, tú me examinas, tú me conoces.   Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto;  aun a la distancia me lees el pensamiento” (Salmo 139:1-2).  Y continua el salmista reconociendo que: “Conocimiento tan maravilloso rebasa mi comprensión; tan sublime es que no puedo entenderlo” (Salmo 139:6).
Si; nosotros no podemos comprender la mente de Dios; por eso nos queda difícil entender por qué pasan cosas tan absurdas como las sucedidas por desastres naturales o ante diferentes enfermedades aun en personas jóvenes y niños: “¡Qué profundas son las riquezas de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Qué indescifrables sus juicios e impenetrables sus caminos!” (Romanos 11:33).  Porque “¿quién ha conocido la mente del Señor para que pueda instruirlo?  Nosotros, por nuestra parte, tenemos la mente de Cristo.” (1 Corintios 2:16).
Conocer y creer en el Señor Jesucristo nos da una ventaja; Colosenses 2:2b-3, nos confirma: “Así conocerán el misterio de Dios, es decir, a Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento”.  Si no le conoces, te invito a que lo hagas, Él es la Verdad (Juan 14:6); la verdad que encierra toda sabiduría, ciencia y conocimiento.  ¡Búscale y lo encontrarás!

Señor: Aunque nos queda difícil conocer totalmente tus pensamientos, sí te damos gracias por tenernos entre ese grupo selecto de escogidos que llegaremos a la plenitud tuya y hallaremos los ricos tesoros de tus portentosas obras y la profundidad de tu conocimiento.

Un abrazo y bendiciones.

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