Oh Señor, ¡cuán imponentes son tus obras, y cuán profundos tus pensamientos!Salmo 92:5.
Lectura: Salmo 92:1-15. Versículo del día: Salmo 92:5.
MEDITACIÓN DIARIA
Nada se oculta para Dios; Él lo
sabe todo y por lo tanto no lo podemos engañar. Hasta en lo más recóndito nos
observa y entiende nuestros pensamientos desde lejos. Veamos lo que dice al
respecto el Salmo 139: “Señor, tú me examinas, tú me conoces. Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto; aun a la distancia me lees el pensamiento”
(Salmo 139:1-2). Y continua el salmista
reconociendo que: “Conocimiento tan maravilloso rebasa mi comprensión; tan
sublime es que no puedo entenderlo” (Salmo 139:6).
Si; nosotros no podemos comprender
la mente de Dios; por eso nos queda difícil entender por qué pasan cosas tan
absurdas como las sucedidas por desastres naturales o ante diferentes
enfermedades aun en personas jóvenes y niños: “¡Qué profundas son las riquezas
de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Qué indescifrables sus juicios e
impenetrables sus caminos!” (Romanos 11:33).
Porque “¿quién ha conocido la mente del Señor para que pueda instruirlo? Nosotros, por nuestra parte, tenemos la mente
de Cristo.” (1 Corintios 2:16).
Conocer y creer en el Señor
Jesucristo nos da una ventaja; Colosenses 2:2b-3, nos confirma: “Así conocerán
el misterio de Dios, es decir, a Cristo, en quien están escondidos todos los
tesoros de la sabiduría y del conocimiento”.
Si no le conoces, te invito a que lo hagas, Él es la Verdad (Juan 14:6);
la verdad que encierra toda sabiduría, ciencia y conocimiento. ¡Búscale y lo encontrarás!
Señor: Aunque nos queda difícil
conocer totalmente tus pensamientos, sí te damos gracias por tenernos entre ese
grupo selecto de escogidos que llegaremos a la plenitud tuya y hallaremos los
ricos tesoros de tus portentosas obras y la profundidad de tu conocimiento.
Un abrazo y bendiciones.
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