Así nos visitará desde el cielo el sol naciente, para dar luz a los que viven en tinieblas, en la más terrible oscuridad, para guiar nuestros pasos por la senda de la paz.Lucas 1:78b-79.
Lectura: Lucas 1:57-80 Versículos del día: Lucas 178b-79.
MEDITACIÓN DIARIA
La Navidad es una época del año muy bonita para disfrutar, compartir, demostrar amor y también permitirnos una reflexión. El sol naciente nos visitará y es hora de practicar lo que en verdad nos llena. Si bien es cierto que las compras, los regalos, las invitaciones son el pan de estos días, también es cierto que debemos permitir o ser canalizadores para que este tiempo sea propicio al perdón, la reconciliación y la búsqueda de la paz.
El sol naciente ha venido a
visitarnos para dar luz a los que viven en tinieblas y guiar nuestros pasos por
la senda de la paz. Queremos, la paz; la
añoramos pero cuán esquiva está y no se deja atrapar. Considero que nosotros los cristianos, debemos
poner ese granito de arena y en lo que esté al alcance indagar en el prójimo
necesitado, hasta poder ofrecerles una sonrisa, un abrazo, un desayuno o comida
y dejar que los visite también a ellos, ese sol naciente y que sus rayos luminosos
abarquen sus vidas de paz y regocijo.
Seguro que este hacer, a nosotros también nos llenará de igual forma.
Propongámonos en esta Navidad
llevar una luz de esperanza. Pidámosle
al Señor que nos muestre a la persona indicada, a la que Él quiere ponernos de
frente y dispongamos el corazón para actuar.
Amado Señor: Muchas gracias por
enseñarnos a compartir ese Sol naciente que eres tú. Queremos ser propiciadores de llevar a otros
una luz de esperanza para sus vidas.
Danos sabiduría y discernimiento para llegar con tus destellos hacia la
persona indicada.
Un abrazo y bendiciones.
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