Mis huesos no te fueron desconocidos cuando en lo más recóndito era yo formado, cuando en lo más profundo de la tierra era yo entretejido.Salmo 139:15.
Lectura: Salmo 139:1- 24. Versículo del día: Salmo 139:15.
MEDITACIÓN DIARIA
La verdad es que aunque a veces
leemos y releemos una porción de la Biblia, no concebimos lo que dice sino en
el momento exacto en el que el Espíritu Santo nos revela su contenido. Hay que
estar atentos a escuchar su voz.
Hoy fue de gran satisfacción para
mí saber que el Señor desde el instante mismo de mi gestación, ya tenía
presente mis huesos. Y esto lo digo
porque a raíz del dolor de mi pierna últimamente me he sentido muy menguada;
pero gracias mi Señor porque ni siquiera uno solo de mis huesos se te salieron
de las manos y ahora sé que al igual que los formaste también los puedes regenerar.
Sé que su Palabra no cambia y que
día tras día se nos va revelando hasta llegar a comprender lo sobrenatural que
Dios nos tiene preparado. “¿Acaso no lo sabes? ¿Acaso no te has enterado? El
Señor es el Dios eterno, creador de los confines de la tierra. No se cansa ni
se fatiga, y su inteligencia es insondable. Él fortalece al cansado y acrecienta las
fuerzas del débil” (Isaías 40:28-29); su inteligencia sabe perfectamente lo que
sucede con mi pierna y me fortalece; y así
como dice ahí mismo en Isaías 40 en el versículo 26: ese mismo Dios que ordena
las estrellas y las cuenta una por una, es el Dios eterno creador de mi vida y
si tiene en cuenta hasta la más pequeña de ellas porque son su creación al igual
que yo, también me tendrá en cuenta y restaurará mis huesos completos sin
faltar uno solo de ellos, porque: “Sin
embargo, como está escrito: «Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ninguna
mente humana ha concebido lo que Dios ha preparado para quienes lo aman»” (1
Corintios 2:9), yo lo amo e igualmente, estoy segura de su amor por mí.
Dispongamos el corazón para escuchar
su dulce voz hablándonos muy quedamente con suavidad y ternura como solo Él lo
sabe hacer; y entender que no estamos solos, que hay alguien que se preocupa
por nosotros y es el Creador del universo. Universo en el cual nos encontramos
tú y yo.
Amado Señor: Gracias por entender
tu Palabra y tener la certeza de que estás pendiente aún de lo más recóndito de
nuestro ser. Gracias porque tu Palabra no cambia y está para vivificarnos y
llenarnos de tu poder y fortaleza. ¡Te amamos Señor!
Un abrazo y bendiciones.
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