lunes, 23 de diciembre de 2013

Buenas noticias



Hoy les ha nacido en la ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor. 
Lucas 1:11.


Lectura: Lucas 1:1-20.  Versículo del día: Lucas 1:11.

MEDITACIÓN DIARIA

A todos nos gustan las buenas noticias; pero esta no es simplemente buena, es incomparable; no es la noticia del año, ni el acontecimiento de la década o del siglo, sino la más extraordinaria de todos los tiempos: “Pero el ángel les dijo: «No tengan miedo. Miren que les traigo buenas noticias que serán motivo de mucha alegría para todo el pueblo” (v. 10). – Les  ha nacido un Salvador, que es Cristo el Señor –.   Si entendiéramos cuánto vale esta buena nueva, el mundo sería diferente. El anuncio a los pastorcitos los asustó inicialmente; sin embargo ellos dejaron su oficio y fueron a comprobar si era cierto lo dicho por el ángel.
Del mismo modo puede ocurrir con las personas: se les da el mensaje de salvación y se atemorizan creyendo que se les está diciendo que vivan en otro mundo.  Pero no; hay que dejar las cosas que se están haciendo por un minuto y comprobar si lo dicho por aquel ángel es verdad.  La única manera de comprobarlo es abandonando el orgullo para darle paso a la humildad.  Buscar y correr tras ese Salvador e invitarlo a nacer en el pesebre del corazón de cada uno.
Cuando el Señor nació hubo fiesta en el cielo y una multitud de ángeles, alababan a Dios y  decían: “Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los que gozan de su buena voluntad” (v. 14).  Del mismo modo, cuando un pecador se arrepiente, dice la Biblia que hay fiesta en el cielo (Lucas 15:5-7).  Si ponemos a volar un poco nuestra imaginación, los ángeles se dirán unos a otros: ‘este es uno de los hombres que gozan de la buena voluntad de Dios para con ellos’.  Éste entendió muy bien el mensaje de las buenas noticias.
La buena noticia es para ti.  ¿Quieres ser esa persona escogida por Dios para que seas el motivo de regocijo de ángeles en el cielo?  ¿Quieres gozar del favor de Dios?  Presuroso vuelca tu corazón a Jesús e invítale a nacer en tu corazón.

Amado Dios: Gracias por las buenas noticias de salvación que nos regalaste al darnos a tu Hijito como Salvador del mundo. Señor Jesús: toma mi vida; te la entrego humildemente para que vengas a morar en el pesebre de mi corazón.  Hoy te acepto como mi Señor y Salvador personal. Perdona mis pecados y llévame de tu mano.

Ahora sí puedes decir que entendiste muy bien qué es la Navidad.  ¡Gloria a Dios por ti!

Un abrazo y bendiciones.

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