martes, 24 de diciembre de 2013

Ser artífice de luz en medio de densas tinieblas



El pueblo que andaba en la oscuridad ha visto una gran luz; sobre los que vivían en densas tinieblas la luz ha resplandecido. 
Isaías 9:2.


Lectura: Isaías 9:1-7.  Versículo del día: Isaías 9:2.

MEDITACIÓN DIARIA

Qué bueno ser gestores de una luz que brille aunque todo parezca oscuro.  Qué hermoso llevar consuelo a quien está agobiado.  Qué satisfactorio poder ofrecer no un pan sino una cena al necesitado.
Si la luz de Jesús resplandece en nuestros corazones, debemos estar prontos a ofrecerla a tantos que viven en tinieblas.  Están rodeados de oscuridad por motivos de salud, de pobreza y miseria, de crisis familiar y muchas otras circunstancias que no les permite ver una luz ni siquiera en la distancia.  Somos los encargados de ofrecer lo mejor que tengamos disponible porque ya hemos visto y conocemos esa luz: “Porque nos ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo; la soberanía reposará sobre sus hombros, y se le darán estos nombres: Consejero admirable, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz” (v. 6). Conocemos al Consejero admirable, al Dios fuerte y eterno; al que primero nos dio consuelo para aprender a consolar y nos regaló su paz que es diferente a la que da el mundo.  Si es así, demostrémoslo también.
Hoy te invito a ofrecer un detalle no a uno de tus familiares o amigos. A ellos los tienes todo el año a tu lado; te invito a que te acerques al mendigo, al que está desahuciado en un hospital o encerrado bajo unas rejas.  La verdad es que lo busques y con la guía del Espíritu Santo, puedas llegar al corazón exacto.  Deja que Él te guíe hacia quién ir, seguro que será el prójimo exacto. De este modo: “Se extenderán su soberanía y su paz, y no tendrán fin” (v. 7).

Amado Señor: Tú eres mi luz; el sol que ha resplandecido con hermosos destellos para darme sanidad cuando la he necesitado; compañía cuando me he sentido abandonada, consuelo en la tristeza y provisión en la escasez.  Ahora Señor, me pides que de aquello que me has dado tanto, yo comparta algo de tu luz para que los que se hallan en completa oscuridad te conozcan, gocen y aprendan también a compartir.  ¡Gracias por sus vidas Señor!   

Un abrazo y bendiciones.

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