Como José, su esposo, era un hombre justo y no quería exponerla a vergüenza pública, resolvió divorciarse de ella en secreto.Mateo 1:19.
Lectura: Mateo 1:18-25. Versículo del día: Mateo 1:19.
MEDITACIÓN DIARIA
Aunque José solamente estaba
comprometido con María (v. 18), tal parece que por ese hecho ya se le daba el
calificativo de esposo en esos tiempos.
Pero novio, comprometido o esposo, era exactamente el mismo en su
esencia. Un hombre recto, justo y que
entendía perfectamente lo que era el amor y por ese mismo amor no quería ver a
María expuesta en vergüenza pública.
Pudo haber sentido cuando María le comentó de su embarazo que su corazón
se desgarraba pero aun así no la recriminó sino que prudentemente quiso hacerse
a un lado. El ángel se le apareció también en sueños y le devolvió el alma al
cuerpo cuando le explicó que lo que María había engendrado no era obra de hombres
sino de Dios (vv. 20-21). ¿Cuántos
pensamientos tendría José en ese momento?
¿Cuánto se habría recriminado por no haberle creído a María sus
palabras? Supongo que también fueron
muchos sus interrogantes; pero después de este anuncio él gallardamente
desempeñó su misión de padre sustituto de Jesús, cumpliendo con todos los
deberes que tenía como esposo y padre.
Amó a María y al niño Jesús; la respetó, le proveyó sustento y debió de
ser un soporte clave para ella en la educación y formación de Jesús y después
de sus otros hijos, entendiendo que era la cabeza de ese hogar. Cabeza que responsablemente tendría que velar
y proteger a quienes Dios había puesto a su cuidado.
Todos estos caracteres de José
son los que espera una mujer de quien va a ser su esposo: como cabeza le
corresponde ofrecer fidelidad, responsabilidad, protección, sustento y por encima de cualquier circunstancia, amor
sin límites. Amor como el que este mismo
Jesús, le demostró después a los suyos, a su Iglesia: amor dispuesto a dar la
vida por ella y levantarla sin mancha y sin arruga (Efesios 5:25-26). Aparentemente creemos que es fácil dar amor;
pero amor verdadero, amor que levante en vez de tumbar; amor que construya en
vez de derrumbar; amor que perdone en vez de recriminar, ese amor no es tan
fácil demostrar. Solo el Señor a través de su Santo Espíritu puede prodigar y
dar a quien lo pida, este amor verdadero.
Mujeres: oren porque el Señor
ponga en quien va a ser su compañero para el resto de sus días o por quien ya es su esposo todos los
atributos que debe tener el hombre elegido y más si es cristiano. Caballeros: Entiendan que nosotras las mujeres
somos amadoras por naturaleza y por eso mismo necesitamos que ustedes nos lo
hagan saber sin cesar. Necesitamos sentirlos como el que lleva el timón y está
listo a tendernos la mano cuando caemos para levantarnos y seguir juntos
nuevamente. Necesitamos su protección y apoyo tanto espiritual, como emocional
y material.
Amado Señor: Hoy oro por todos
los hombres casados o solteros para que seas Tú mismo enseñándoles a ser de
verdad cabezas. Hazles saber que ser cabeza no es dominio sino inteligencia
para llevar una relación. Gracias Señor
porque todavía quedan hombres de bien, con valor para levantarse y hacerse
sentir como lo que son y lo que deseas que sean ellos en su completa
naturaleza.
Un abrazo y bendiciones.
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