viernes, 20 de diciembre de 2013

El varón de acuerdo a las normas de Dios



Como José, su esposo, era un hombre justo y no quería exponerla a vergüenza pública, resolvió divorciarse de ella en secreto.  
 Mateo 1:19.


Lectura: Mateo 1:18-25.  Versículo del día: Mateo 1:19.

MEDITACIÓN DIARIA

Aunque José solamente estaba comprometido con María (v. 18), tal parece que por ese hecho ya se le daba el calificativo de esposo en esos tiempos.  Pero novio, comprometido o esposo, era exactamente el mismo en su esencia.  Un hombre recto, justo y que entendía perfectamente lo que era el amor y por ese mismo amor no quería ver a María expuesta en vergüenza pública.  Pudo haber sentido cuando María le comentó de su embarazo que su corazón se desgarraba pero aun así no la recriminó sino que prudentemente quiso hacerse a un lado. El ángel se le apareció también en sueños y le devolvió el alma al cuerpo cuando le explicó que lo que María había engendrado no era obra de hombres sino de Dios (vv. 20-21).  ¿Cuántos pensamientos tendría José en ese momento?  ¿Cuánto se habría recriminado por no haberle creído a María sus palabras?  Supongo que también fueron muchos sus interrogantes; pero después de este anuncio él gallardamente desempeñó su misión de padre sustituto de Jesús, cumpliendo con todos los deberes que tenía como esposo y padre.  Amó a María y al niño Jesús; la respetó, le proveyó sustento y debió de ser un soporte clave para ella en la educación y formación de Jesús y después de sus otros hijos, entendiendo que era la cabeza de ese hogar.  Cabeza que responsablemente tendría que velar y proteger a quienes Dios había puesto a su cuidado.
Todos estos caracteres de José son los que espera una mujer de quien va a ser su esposo: como cabeza le corresponde ofrecer fidelidad, responsabilidad, protección, sustento y  por encima de cualquier circunstancia, amor sin límites.  Amor como el que este mismo Jesús, le demostró después a los suyos, a su Iglesia: amor dispuesto a dar la vida por ella y levantarla sin mancha y sin arruga (Efesios 5:25-26). Aparentemente creemos que es fácil dar amor; pero amor verdadero, amor que levante en vez de tumbar; amor que construya en vez de derrumbar; amor que perdone en vez de recriminar, ese amor no es tan fácil demostrar. Solo el Señor a través de su Santo Espíritu puede prodigar y dar a quien lo pida, este amor verdadero.
Mujeres: oren porque el Señor ponga en quien va a ser su compañero para el resto de sus días  o por quien ya es su esposo todos los atributos que debe tener el hombre elegido y más si es cristiano.  Caballeros: Entiendan que nosotras las mujeres somos amadoras por naturaleza y por eso mismo necesitamos que ustedes nos lo hagan saber sin cesar. Necesitamos sentirlos como el que lleva el timón y está listo a tendernos la mano cuando caemos para levantarnos y seguir juntos nuevamente. Necesitamos su protección y apoyo tanto espiritual, como emocional y material.  

Amado Señor: Hoy oro por todos los hombres casados o solteros para que seas Tú mismo enseñándoles a ser de verdad cabezas. Hazles saber que ser cabeza no es dominio sino inteligencia para llevar una relación.  Gracias Señor porque todavía quedan hombres de bien, con valor para levantarse y hacerse sentir como lo que son y lo que deseas que sean ellos en su completa naturaleza.

Un abrazo y bendiciones.  

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