Pidamos por la paz de Jerusalén: «Que vivan en paz los que te aman. Que haya paz dentro de tus murallas, seguridad en tus fortalezas»Salmo 122:7.
Lectura: Salo 122:1-9. Versículo del día: Salmo 122:7.
MEDITACIÓN DIARIA
Es nuestro deber orar por nuestro
terruño, por sus gobernantes y nosotros los colombianos por la tan añorada
paz. Pero hay algo más: Dios nos manda
orar también por Jerusalén y por la paz de ese país. Como cristianos nos une un
sentimiento especial hacia Israel; ellos son el pilar del cristianismo y
nuestro Redentor era de ascendencia hebrea.
Así como en nuestras oraciones
diarias tenemos nuestra patria original, aprendamos a incluir también a nuestra
patria adoptiva: Israel. Israel, es la
cuna de conflictos en el Medio Oriente Y pareciese que el mundo entero se volteara
en contra de ese pequeño estado. Se nos
ordena que oremos por ellos porque también nos concierne esa
responsabilidad. El Señor mandó a sus
discípulos a buscarlos como a ovejas descarriadas (Mateo 10:6). Pablo nos recuerda que la salvación es para
todos y primeramente para los judíos (Romanos 1:16). Israel juega un papel importantísimo en los
designios de Dios y en el cumplimiento de las profecías para el final de los
tiempos. El regreso del Señor depende
del arrepentimiento de Israel y la reconstrucción de su templo también será
clave en este acontecimiento. El Señor
mismo restaurará a los de su pueblo y engalanará a su ciudad: “¡Mira tú, ciudad
afligida, atormentada y sin consuelo!
¡Te afirmaré con turquesas, y te cimentaré con zafiros! Con rubíes construiré tus almenas, con joyas brillantes tus puertas, y con piedras preciosas todos tus muros. El
Señor mismo instruirá a todos tus hijos, y grande será su bienestar” (Isaías
54:11-13).
La promesa de Dios es paz para los que oren por Jerusalén. Otras versiones dicen “sean prosperados los
que te aman”. La paz trae consigo
prosperidad y eso tendremos los que amamos a Jerusalén y oramos por ella. Que
nunca se nos olvide orar por la amada y maltratada Jerusalén.
Amado Señor: Gracias porque todo
lo tuyo es nuestro y todo lo que Tú amas, lo amamos de igual modo nosotros. Tú
lloraste por Jerusalén al verla tan alejada de ti, y también nosotros sufrimos por ella en estos tiempos. Pero gracias te damos porque
esta ciudad será el baluarte de nuestra futura patria.
Oramos por esta bella urbe y te pedimos que la paz tuya llegue a todos
sus habitantes. Oramos por todo el pueblo
de Israel, sus gobernantes, funcionarios y población en general, para que entiendan
que eres el Salvador de toda la humanidad, incluidos ellos también.
Un abrazo y bendiciones.
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