martes, 1 de octubre de 2013

Dejándonos consentir por el Señor




Tú eres mi fuerza; me proteges como un escudo. En ti confío de corazón, pues de ti recibo ayuda. El corazón se me llena de alegría, por eso te alabo en mis cantos. 
Salmo 28:7 Traducción en lenguaje actual (TLA).


Lectura: Salmo 28:1-9.  Versículo del día: Salmo 28:7.

MEDITACIÓN DIARIA

No todos los días amanecemos con el ánimo arriba. No sé por qué a veces, aunque el día esté resplandeciente, nuestro corazón está nublado.  Pero el Señor tiene sus formas de levantarnos nuevamente y sea de un modo u otro, nos hace ver su grandeza y poder en nuestras vidas.
Tal vez recapacitamos y le pedimos perdón al Señor, cuando nos damos cuenta que lo tenemos todo prácticamente y que solamente estamos indispuestos por cosas insignificantes.  Una llamada de un ser querido nos infunde nuevas fuerzas; también el conocer una situación difícil para alguien a quien amamos, nos hace valorar lo que tenemos, y entendemos que lo nuestro es minúsculo al lado de esa circunstancia. Ahí se puede aplicar el proverbio persa que dice: ‘Lloraba porque no tenía zapatos hasta que encontré a un hombre que no tenía pies’.
¡Cuántas cosas invaluables tenemos y ni siquiera nos percatamos de ello!  Por ejemplo: ¿hemos valorado nuestros ojos? Son ellos los que nos permiten ver la sonrisa tierna de un niño; el claro amanecer de un día de verano y el majestuoso atardecer del mismo.  Vislumbrar los colores de las flores y el plumaje vistoso de un ave. Las manos encallecidas y ásperas del obrero como las delicadas y suaves de una adolescente.
Todas estas reflexiones, Dios pone a mi alcance para fortalecerme. Por eso mi corazón confía plenamente en su poder y no puedo menos que dejar que de él brote un sincero agradecimiento al Señor. Y es que el Señor cuando nos ve en ese estado, nos alza y lleva en sus brazos cual Pastor amoroso con sus borregos (v. 9 en la lectura).

Amado Dios: Gracias por permitir que nos encontremos con estos altibajos emocionales. Gracias porque tú le das un vuelco total, para convertirlos en la consecuencia de nuestra alabanza y adoración a ti.

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: