Pero de una cosa estoy seguro: he de ver la bondad del Señor en esta tierra de los vivientes.Salmo 27:13.
Lectura: Salmo 27:1-14. Versículo del día: Salmo 27:13.
MEDITACIÓN DIARIA
Y la bondad del Señor nunca se
agota. Siempre está latente, esperando
en qué momento salir para actuar. Yo puedo decir exactamente como el Salmista:
“de una cosa estoy segura: he de ver la bondad del Señor”, y así es. Todos los
días tenemos algo especial que Dios nos ha regalado. Es que es día tras día;
así como el sol no se cansa de girar, tampoco el Señor se cansa de brindarnos
su bondad. “Cuán grande es tu bondad, que atesoras para los que te temen, y que
a la vista de la gente derramas sobre los que en ti se refugian” (Salmo 31:19)
Viendo tanta bondad y misericordia, no
podemos más que pronunciar las palabras de Pablo: “El amor de Cristo nos
constriñe” (2 Corintios 5:40). Imposible retroceder o querer abandonar este
Camino. El Señor Jesús nos consiente tanto que cuando entendemos todo lo que
hizo por amor, queremos obedecerle y actuar para Él con amor, porque no hay
otro amor comparable al amor de Dios.
En el Señor todos sus atributos se
funden (el amor, la bondad, la misericordia, la fidelidad, la paciencia, el
perdón, el gozo, la paz, etc), y están listos para derramarse en bien de sus hijos. Dichoso el que se acerca
a Él y puede ser participe de tan extraordinarios beneficios. Si quieres ser favorecido
con estos privilegios, busca al Señor y síguele.
“El corazón me dice: «¡Busca su
rostro!» Y yo, Señor, tu rostro busco” (v. 8 en la lectura).
Amado Padre celestial: Enséñanos a ser agradecidos
contigo y adorarte por tantas bondades con las que a diario nos sorprendes. ¡Muchas
gracias Señor porque minuto a minuto vemos tu mano bondadosa posada en nuestras
vidas.
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