Nadie puede cuestionar su soberanía

Pero él es soberano; ¿quién puede hacerlo desistir?  Lo que él quiere hacer, lo hace. 

Job 23:13.

Lectura: Job 23:1-17.  Versículo del día: Job 23:13.

MEDITACIÓN DIARIA

Ante las pruebas o desiertos que tenemos que afrontar, lo mejor no es cuestionar tanto a Dios, porque dentro de nuestra naturaleza humana no vamos a encontrar respuesta que nos parezca acertada y mucho menos hallarle sentido a lo que se está viviendo.

Job nos lo dice; si el Señor desea hacerlo, ¿quién lo puede hacer desistir? “Hará conmigo lo que ha determinado; todo lo que tiene pensado lo realizará” (v.14). Job presenta su queja (v.2), y aunque sabe dentro de su conciencia que ha sido fiel e íntegro con Dios, entiende a la perfección la soberanía de Él.

Nadie puede interferir en sus designios ni en su voluntad que es buena, agradable y perfecta. Y así no la entendamos, esta se cumplirá pase lo que pase: “El Señor Todopoderoso ha jurado: «Tal como lo he planeado, se cumplirá; tal como lo he decidido, se realizará” (Isaías 14:24). El rey Nabucodonosor después de un tiempo y de pasar sus propias dificultades y penurias, reconoció la primacía de Dios: “Entonces alabé al Altísimo; honré y glorifiqué al que vive para siempre: Su dominio es eterno; su reino permanece para siempre. Ninguno de los pueblos de la tierra  merece ser tomado en cuenta. Dios hace lo que quiere con los poderes celestiales y con los pueblos de la tierra. No hay quien se oponga a su poder ni quien le pida cuentas de sus actos” (Daniel 4:.34-35).

La soberanía de Dios es uno de sus grandes atributos; nos parezca o no nos parezca hay que acatarla. Al final, el Señor sabrá recompensar todas estas tribulaciones. De eso estoy segura.

Amado Señor: Reconocemos que Tú eres el Soberano Dios, creador de todo cuanto existe. Reconocemos que no somos más que pequeñas criaturas dispuestas por ti aquí en la tierra, con un propósito determinado para cada una de ellas. Gracias Señor, porque tu propósito se cumplirá y nadie podrá pasar por encima de él, porque encierra tu amor, misericordia y muchísimo más, tu soberanía total.

Un abrazo y bendiciones.