viernes, 4 de octubre de 2013

Aprender a disfrutar las dádivas de Dios




Me fijé que en esta vida la carrera no la ganan los más veloces, ni ganan la batalla los más valientes; que tampoco los sabios tienen qué comer, ni los inteligentes abundan en dinero, ni los instruidos gozan de simpatía, sino que a todos les llegan buenos y malos tiempos. 
Eclesiastés 9:11.


Lectura: Eclesiastés 9:7-18.  Versículo del día: Eclesiastés 9:11.

MEDITACIÓN DIARIA

Cuánta verdad encierra el versículo del día. Salomón nos deja una lección: No podemos creer que porque hoy tenemos, siempre vamos a vivir igual. Ni tampoco creernos los indispensables ya sea por la posición que se ocupe, o por los talentos y cualidades con que Dios nos ha dotado porque no sabemos qué pueda ocurrir mañana y todo se venga abajo. Preparémonos también para las épocas difíciles y que no nos tomen por sorpresa.    
Por eso, mientras podamos disfrutar lo que Dios nos ha regalado, aprovechémoslo. Vivamos el día a día, siempre gozosos y agradecidos con Dios.  “¡Anda, come tu pan con alegría! ¡Bebe tu vino con buen ánimo, que Dios ya se ha agradado de tus obras! Que sean siempre blancos tus vestidos, y que no falte nunca el perfume en tus cabellos” (vv. 7-8). Y no solamente esto: preocupémonos porque las tareas que realicemos sean las mejores, las más agradables; poniendo todo de nuestra parte para que florezcan como excelentes: “Y todo lo que te venga a la mano, hazlo con todo empeño” (v. 10).
A veces nosotros mismos nos complicamos la vida y hay que verla y pasarla positiva y sanamente.  Si actuamos como debe ser, seguro que podemos disfrutarla como el Señor desea que lo hagamos: abundantemente.

Amado Señor: Gracias por todos los regalos con los que a diario nos bendices. Enséñanos a verte en cada una de estas dádivas y gozar el momento con los que están a nuestro lado.

Un abrazo y bendiciones.

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