martes, 15 de octubre de 2013

Nuestros labios para levantar no para derrumbar




La lengua que brinda consuelo es árbol de vida; la lengua insidiosa deprime el espíritu.  
 Proverbios 15:4.


Lectura: Proverbios 14:1-33. Versículo del día: Proverbios 15:4.

MEDITACIÓN DIARIA

¡Cuánta diferencia hay entre consolar y criticar!   Muchas veces ni siquiera es la crítica la que más duele sino las sátiras y sarcasmo con el que se  dirigen unas personas. ¡Cuánto daño se hace con la lengua! El apóstol Santiago dice que a pesar de ser un miembro del cuerpo tan pequeñito, puede ocasionar un incendio sin precedentes (Santiago 3:5-6).
Recordemos que el Señor nos ha llamado a hacer el bien en todo momento. La lengua nuestra la tenemos a la mano, no podemos decir que nos fue imposible. Lo imposible, infortunadamente, sí es saberla controlar. Si no se hace daño con sarcasmo y sátiras, se le da rienda suelta a los chismes y de allí es fácil llegar a la calumnia.
Utilicemos nuestros labios no solo para alabar y adorar a nuestro Señor; también para levantar el ánimo del agobiado; para adular a otras personas y para edificar en la Palabra de Dios. Pongamos a funcionar el fruto del Espíritu Santo, practicando el dominio propio y no dejándonos llevar por sandeces. Paremos todo indicio de chisme y crítica. Cuando esto suceda, cambiemos la conversación o retirémonos discretamente para no caer en la tentación de seguir en la tertulia y darle rienda suelta a la lengua.

Amado Señor: Gracias porque tu amor y misericordia son infinitos y ya moriste por todos los pecados de la humanidad. No permitas que nos volvamos inquisidores viendo los defectos de los demás y seamos portadores de críticas y ofensas con dedos acusadores. Enséñanos a ver primero la paja en nuestro ojo antes de sacarla a relucir en nuestro prójimo.

Un abrazo y bendiciones. 
 

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