La lengua que brinda consuelo es árbol de vida; la lengua insidiosa deprime el espíritu.Proverbios 15:4.
Lectura: Proverbios
14:1-33. Versículo del día: Proverbios 15:4.
MEDITACIÓN DIARIA
¡Cuánta diferencia hay
entre consolar y criticar! Muchas veces ni siquiera es la crítica la que
más duele sino las sátiras y sarcasmo con el que se dirigen unas personas. ¡Cuánto daño se hace
con la lengua! El apóstol Santiago dice que a pesar de ser un miembro del
cuerpo tan pequeñito, puede ocasionar un incendio sin precedentes (Santiago
3:5-6).
Recordemos que el
Señor nos ha llamado a hacer el bien en todo momento. La lengua nuestra la
tenemos a la mano, no podemos decir que nos fue imposible. Lo imposible,
infortunadamente, sí es saberla controlar. Si no se hace daño con sarcasmo y
sátiras, se le da rienda suelta a los chismes y de allí es fácil llegar a la
calumnia.
Utilicemos nuestros
labios no solo para alabar y adorar a nuestro Señor; también para levantar el
ánimo del agobiado; para adular a otras personas y para edificar en la Palabra
de Dios. Pongamos a funcionar el fruto del Espíritu Santo, practicando el
dominio propio y no dejándonos llevar por sandeces. Paremos todo indicio de
chisme y crítica. Cuando esto suceda, cambiemos la conversación o retirémonos discretamente
para no caer en la tentación de seguir en la tertulia y darle rienda suelta a
la lengua.
Amado Señor: Gracias porque tu
amor y misericordia son infinitos y ya moriste por todos los pecados de la
humanidad. No permitas que nos volvamos inquisidores viendo los defectos de los
demás y seamos portadores de críticas y ofensas con dedos acusadores. Enséñanos
a ver primero la paja en nuestro ojo antes de sacarla a relucir en nuestro
prójimo.
Un abrazo y
bendiciones.
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