martes, 9 de octubre de 2012

Entre más dificultad, más entereza



Y ahora, Señor, ¡fortalece mis manos!  
 Nehemías 6:9c.


Lectura diaria: Nehemías 6:1-19.  Versículo principal: Nehemías 6:9c.

REFLEXIÓN

Nehemías tuvo mucha oposición al reconstruir la muralla de Jerusalén; sin embargo en ningún momento declinó en su tarea.  Los enemigos como Sambalat, Tobías y Guesén que no eran judíos siempre se le opusieron y a fuerza de lo que fuera querían verlo derrotado.
Nehemías dirigió excelente a su gente, que a pesar de la adversidad lograron terminar la muralla en cincuenta y dos días (v. 15).  Todo requiere esfuerzo, constancia y a la vez paciencia.  Esta enseñanza nos la deja Nehemías, un hombre de fe, de oración y con un carácter decidido y recto que no se dejó intimidar ni comprar como le pasó a Semaías.  Este Semaías quería amedrentarlo y hacerle creer que lo iban a matar sus enemigos; le sugirió que se encerraran en el templo, a lo cual Nehemías como un guerrero valiente le contestó: “¡Yo no soy de los que huyen!  –¡Los hombres como yo no corren a esconderse en el templo para salvar la vida!  ¡No me esconderé!” (v.11).  Aparte de sus cualidades como líder, Dios también lo dotó de discernimiento y por esto comprobó que Semaías se había dejado sobornar por Sambalat y Tobías.  Cuando se terminó la obra: “las naciones vecinas se sintieron humilladas, pues reconocieron que ese trabajo se había hecho con la ayuda de Dios” (v. 16).  Por la  responsabilidad de un hombre integro, el nombre del Señor fue exaltado.
Siendo Nehemías un hombre común y corriente (porque él no era ni sacerdote ni de los nobles de Judá), nos deja una lección de liderazgo admirable de imitar.  Podemos servir al Señor desde la posición y el sitio en que nos encontremos; solamente es planear, orar y decidir sobre lo que Dios ponga en el corazón hacer. También nos enseña que hay que aprender a sufrir en la espera del propósito.  En la vida se nos presentan muchos retos que debemos enfrentar y entre más surjan los problemas, más quebrantamiento habrá, y muy seguramente esto nos llevará a buscar con más ahínco a Dios.  

Amado Señor: Te pedimos que cada día aprendamos a ser verdaderos líderes de tal modo que en cualquier circunstancia que te sirvamos, tengamos el carácter y la entereza que nos enseña Nehemías.

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: