martes, 23 de octubre de 2012

El más Alto Oficial lo vigila todo



Si en alguna provincia ves que se oprime al pobre, y que a la gente se le niega un juicio justo, no te asombres de tales cosas; porque a un alto oficial lo vigila otro más alto, y por encima de ellos hay otros altos oficiales.   
Eclesiastés 5:8.


Lectura diaria: Eclesiastés 5:8-20.  Versículo principal: Eclesiastés 5:8.

REFLEXIÓN

Con frecuencia vemos en programas de televisión las injusticias que se cometen con las  personas, especialmente por lo general, con los de menos recursos.  “A un alto oficial lo vigila otro más alto, y por encima de ellos hay otros altos oficiales”.  Pero infortunadamente en la mayoría de los casos, pareciera que “los altos oficiales” no se dan por aludidos u otros se cogen de sus investiduras para terminar de aplastar al indefenso.  Lo que no tienen en cuenta es que por encima de todos ellos, está el más Alto de todos los tiempos; el que sí es completamente justo y nada se le pasa: “¡Levántate, Señor!  ¡Levanta, oh Dios, tu brazo!  ¡No te olvides de los indefensos!” (Salmo 10:12).
Nada ni nadie se quedará por fuera del juicio divino.  Se puede hacer toda la maldad que se quiera aquí en la tierra: robar, matar, secuestrar, violar, pero Dios le pedirá a cada uno cuentas de su perversidad.  Hay un dicho muy cierto: “Arriba está, quien abajo mira”.  Lo que sucede es que el hombre en términos generales, se ha alejado tanto de Dios, que ya no tiene temor alguno por Él, ni obedece sus preceptos ni ordenanzas.  Es más, niega su existencia y se cree dueño absoluto de su vida y de sus actos.  Para él, Dios no existe y poca importancia le da.  De ahí que por su corazón endurecido está de acuerdo con defender el aborto, el matrimonio gay, etc., etc. y siempre con excusas como el decir que se viola la libertad de las personas, hasta se permite la dosis diaria de droga.  Definitivamente estamos en el tiempo en que “a lo bueno llaman malo; y a lo malo bueno” (Isaías 5:20).   
Y siguiendo con el avasallamiento al pobre, dice el Salmista: “Pero tu ves la opresión y la violencia, las tomas en cuenta y te harás cargo de ellas.  Las víctimas confían en ti; tú eres la ayuda de los huérfanos” (Salmo 10:14).  Los cristianos no podemos seguir indiferentes a tanta injusticia y desorden social.  No podemos seguir siendo parte del problema, sino parte de la solución.  ¿Cómo?  Simplemente actuando de acuerdo a las leyes divinas y no dejándonos arrastrar por lo común de la gente.  Dios también nos pedirá cuentas de lo que nos correspondía hacer y no hicimos.  Él, como el más Alto Oficial, lo vigila todo.

Permite Señor que levantemos nuestra voz para abogar por el indefenso.  ¡Cuánta necesidad hay de ayudar a los desplazados por la violencia, a los que son juzgados injustamente, a los niños y ancianos abandonados!  Tú Señor defiendes al huérfano y al oprimido; danos la sabiduría y el discernimiento para saber cómo podemos lograr este objetivo.

Un abrazo y bendiciones.

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