domingo, 7 de octubre de 2012

Cumplir para vivir

Cumple con mis mandatos y vivirás; cuida mis enseñanzas como a la niña de tus ojos.  Llévalos atados en los dedos, anótalos en la tablilla de tu corazón.  
 Proverbios 7:2-3.

Lectura diaria: Proverbios 7:1-5.  Versículos principales: Proverbios 7:2-3.

REFLEXIÓN

Dios nos manda cumplir sus mandatos para poder vivir.  Pero para cumplirlos hay que conocerlos y para conocerlos hay que aprenderlos.  La Palabra de Dios, siempre debe de estar a flor de labios.  “Llévalos atados en los dedos, anótalos en la tablilla de tu corazón”.  No solamente es aprenderla, tenemos que estar alertas porque el adversario siempre estará listo a ponernos trampas y la única manera de atacarlo es a través de las Escrituras.  Recordemos que cuando Satanás tentó al Señor en el desierto, el arma con la cual lo sacó del camino fue precisamente con Palabra de Dios (Mateo 4:1-11).
Cuando Moisés les habló a los Israelitas sobre las leyes que debían cumplir les dijo: “Grábense estas palabras en el corazón y en la mente, átenlas en sus manos como un signo y llévenlas en su frente como una marca.  Enséñenselas a sus hijos y repítanselas cuando estén en su casa y cuando anden por el camino, cuando se acuesten y cuando se levanten; escríbanlas en los postes de su casa y en los portones de las ciudades” (Deuteronomio 11:18-20).
Todo lo anterior nos enseña que la Palabra de Dios es viva y eficaz y que debemos hacer uso de ella no solo para testificar ante los demás sino para ponerla en práctica porque si lo hacemos: viviremos; si no obedecemos las consecuencias llegarán.  Hoy te doy a elegir entre la vida y la muerte, entre el bien y el mal.  Hoy te ordeno que ames al Señor tu Dios, que andes en sus caminos, y que cumplas sus mandamientos, preceptos y leyes. Así vivirás y te multiplicarás, y el Señor tu Dios te bendecirá en la tierra de la que vas a tomar posesión” (Deuteronomio 30:15-16).  Dice también ahí en Deuteronomio que no está lejos de nosotros ni es superior a nuestras fuerzas (Deuteronomio 30:11).   “¡No!  La palabra está muy cerca de ti; la tienes en la boca y en el corazón, para que la obedezcas.  Hoy te doy a elegir entre la vida y la muerte, entre el bien y el mal” (Deuteronomio 30:14-15).
Seamos fieles a Dios en sus mandatos y Él se encargará de dirigir nuestros pasos. Enseñémosles a nuestros hijos la importancia de obedecerle a Dios sus preceptos para que ellos también aprendan a vivir rectamente.

Amado Señor: Gracias por tu Palabra.  Permite que día a día se arraigue en nuestros corazones y que a la vez transmitamos este mismo sentir a las generaciones venideras.

Un abrazo y bendiciones.

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