lunes, 8 de octubre de 2012

El llamado de la sabiduría



A ustedes los hombres, los estoy llamando; dirijo mi voz a toda la humanidad.  
 Proverbios 8:4.


Lectura diaria: Proverbios 8:1-36.  Versículo principal: Proverbios 8:4.

REFLEXIÓN

La sabiduría hace un llamado a todo ser humano y es la clave para llevar una vida recta.  El hombre sabio comienza por el deseo de saber lo que Dios espera de él.  Entonces, para entender la sabiduría hay que conocer a Dios primero que todo: “El principio de la sabiduría es el temor del Señor” (Salmo 111:10a); y “el temor del Señor es el principio del conocimiento” (Proverbios 1:7).
Pero ¿qué es el temor del Señor?  Quizá para muchos, los no creyentes, pueden pensar que se trata del juicio de Dios sobre ellos.  Nosotros los cristianos, sabemos que el temor del Señor es reverenciarlo por lo que es: por su grandeza, poderío y majestad.  Es el entender, que Él es el dueño absoluto de todo y que todo cuanto existe es obra de sus manos.  Además, es el ser consientes de su acción redentora en la cruz del Calvario; cuando comprendemos su infinito amor y misericordia, no tenemos más que palabras de agradecimiento y de gran reconocimiento y admiración al Dios Altísimo, Señor del universo, por quien fueron creadas todas las cosas y aún en su majestuosidad, volteó los ojos hacia personas pecadoras e insignificantes para llevarnos con Él a lugares celestiales.  Personalmente, esto es lo que creo, implica el temor del Señor.
“Dichosos los que me escuchan, y a mis puertas están atentos cada día, esperando a la entrada de mi casa.  En verdad, quien me encuentra, halla la vida y recibe el favor del Señor.  Quien me rechaza se perjudica así mismo; quien me aborrece, ama la muerte” (vv. 34-36 en la lectura). 
La sabiduría, íntimamente ligada a Dios.  Es por ella que poseemos instrucción, conocimiento, discreción y discernimiento.  Con la sabiduría conviven la prudencia, la justicia, las riquezas y la honra; atributos y valores que todos deseamos.  Busquémosla con ahínco, porque de esta manera vamos a encontrarnos directamente con nuestro Dios.

Amado Señor: Permite que cada día entendamos lo que esperas de nosotros, buscando plenamente la sabiduría que proviene de ti.

Un abrazo y bendiciones.  

No hay comentarios: