viernes, 15 de junio de 2012

La verdadera libertad en Cristo


Cristo nos libertó para que vivamos en libertad.  Por lo tanto, manténganse firmes y no se sometan nuevamente al yugo de esclavitud.  
 Gálatas 5:1.

Lectura diaria: Gálatas 5:1-26.  Versículo principal: Gálatas 5:1.

REFLEXIÓN

La libertad dada por el Señor es parte de esa vida abundante que nos ofrece (Juan 10:10), en el momento de recibirlo como Señor y Salvador personal.  Es la libertad de contemplar su rostro y embelesarnos con Él; la libertad de gozar completamente del fruto del Espíritu (vv. 22-23), y de tenerlo siempre como el tesoro más preciado, haciendo en nosotros un modo de vivir que marque la diferencia en cualquier sitio que nos encontremos.  En últimas, es la libertad que llevamos arraigada en el corazón con la plena convicción que si aún estamos encadenados físicamente, espiritualmente sabemos que somos libres porque Cristo nos dio libertad.
Por ser tan especial este don es que no podemos dejar que el yugo del pecado nos rodee y volvamos a caer en esclavitud. “ustedes han sido llamados a ser libres; pero no se valgan de esa libertad para dar rienda suelta a sus pasiones.  Más bien sírvanse unos a otros con amor” (v. 13).  Sí, el amor es la base de nuestras actuaciones y es el don predominante que debemos buscar porque éste encierra la esencia divina por lo que Jesús vino aquí a la tierra.  El amor demostrado a la humanidad sin peros ni reparos; el amor a pesar de…, el amor incondicional de Cristo Jesús en un madero por el pecado del hombre. 
Teniendo en cuenta tan sublime amor, no podemos ni debemos dejar que el pecado vuelva a tener cabida entre nosotros; estaríamos pisoteando su preciosa sangre.  El precio pagado por cada uno allí en el Calvario y estaríamos también volviendo a la esclavitud del pecado.  De ahí la firmeza del cristiano al caminar con el Señor: “Por lo tanto, mis queridos hermanos, manténganse firmes e inconmovibles” (1 Corintios 15:58); fijando nuestros ojos en su Palabra de manera que se avive en todo momento y podamos andar en libertad.
Pase lo que pase, comportémonos de una manera digna como embajadores del evangelio de Cristo Jesús, sin pisotear la libertad dada por el Señor y siendo testimonio claro ante una  sociedad que vive bajo el dominio del pecado.

Señor Jesús: Gracias porque la libertad dejada por ti, es la que nos permite tener el propósito firme de vivir rectamente.

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: