sábado, 16 de junio de 2012

La obediencia debe ser total


¿Qué le agrada más al Señor; que se le ofrezcan holocaustos y sacrificios, o que se obedezca lo que él dice?  El obedecer vale más que el sacrificio, y el prestar atención, más que la grasa de los carneros.  
 1 Samuel 15:22.

Lectura diaria: 1 Samuel 15:1-35.  Versículo principal: 1 Samuel 15:22.

REFLEXIÓN

Dios acordándose de que el pueblo de Amalec trató mal a los israelitas cuando salieron de Egipto y no les dieron paso por su tierra, le ordenó a Saúl, primer rey de Egipto, ir a combatir contra ellos, dándole esta orden: “Destruye por completo todo lo que les pertenezca; no les tengas compasión.  Mátalos a todos, hombres y mujeres, niños y recién nacidos, toros y ovejas, camellos y asnos” (v. 3).  Saúl salió y efectivamente Dios entregó en sus manos a los amalecitas.  Sin embargo, le pareció bien a Saúl no solo dejar con vida al rey Amalec sino que tomaron del botín, ovejas, vacas y terneros gordos junto con otras cosas de valor con el pretexto de ofrecerlas al Señor.  Esta desobediencia le costó a Saúl el reino.
¿Cuántas veces nosotros también obedecemos a medias?  No tenemos en cuenta que si no lo hacemos completo, de todas maneras es desobediencia.  Con Dios no podemos jugar; cuando Él da un mandato nuestra disposición para cumplirlo debe ser total.  Un ejemplo claro puede ser el siguiente: para Dios es gran abominación la idolatría, no está de acuerdo en que se adoren imágenes y muchas personas están convencidas que ofrecer el sacrificio de subir a una montaña a pie para adorarlas, le va a agradar.  ¡Cuán equivocados están!  “¿Qué le agrada más al Señor: que se le ofrezcan holocaustos y sacrificios, o que se obedezca lo que él dice?”.  Este puede ser un ejemplo clásico; pero hay muchísimos más porque tenemos la creencia que “peco, confieso y empato”.  ¡Cuidado! “De Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra.  El que siembra para agradar a su naturaleza pecaminosa, de esa misma naturaleza cosechará destrucción; el que siembra para agradar al Espíritu cosechará vida eterna” (Gálatas 6:7-8).  Si Dios nos dice no matarás, y no se mata pero odiamos a nuestro agresor, ya estamos obrando como homicidas (1 Juan 3:15).  De igual manera, su Palabra dice “no cometer adulterio” pero si un hombre mira una mujer, desnudándola con su mirada morbosa y mal intencionada, ya ha adulterado (Mateo 5:27-28).  La inmoralidad sexual pulula en estos tiempos de internet y pueda que no se cometa adulterio presencial, pero sí virtual y hablo de la pornografía que tanto daño está haciendo actualmente. Hay que cuidarse de todas estas prácticas porque se estará cosechando destrucción.
Aprendamos a obedecer a cabalidad.  Eso es lo que Dios quiere de nosotros.  Las consecuencias de la desobediencia no se hacen esperar.  Por la desobediencia entró el pecado al mundo y miremos cuánto mal causó a la humanidad entera.

Amado Dios: Permite que nuestro corazón esté siempre dispuesto a obedecerte sin preámbulos, condiciones ni razones que nos desvíen del acatamiento total a tus mandatos.

Un abrazo y bendiciones.        

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