miércoles, 27 de junio de 2012

Cuidando lo entregado


Asegúrate de saber cómo están tus rebaños; cuida mucho de tus ovejas; pues las riquezas no son eternas ni la fortuna está siempre segura.  
 Proverbios 27:23-24.

Lectura diaria: Proverbios 27:1-27.  Versículos principales: Proverbios 27:23-24.

REFLEXIÓN

Todo lo que el Señor nos da o pone en nuestras manos es para que sepamos administrarlo muy bien.  Él nos va a pedir cuentas no solo de los dones y talentos con los que nos ha facultado, sino también de todo bien material.
La buena administración empieza por nuestro mismo cuerpo; pues si no sabemos cuidarlo para sacar de él, el mejor provecho, mucho menos seremos capaces de organizar y disponer los talentos regalados.  ¿Cómo puede una persona que envenena su cuerpo con alcohol, tabaco u otras drogas, ser fiel gobernadora de sus bienes?  Considero que antes que nada, lo primero que se tiene que hacer es ordenar la propia casa (su cuerpo), para luego sí, salir a organizar lo que tiene a su alrededor.  “Asegúrate de saber cómo están tus rebaños”.  Después de organizar lo propio, tiene por delante los suyos: su hogar conformado por su cónyuge e hijos.  Son las principales ovejas que Dios ha puesto en nuestras manos para levantarlas y sacarlas adelante ¿cómo están ellas?  ¿Dispersas y descarriadas?  ¿O se encuentran en el aprisco reunidas y sumisas bajo el mando del pastor?
Después de organizar lo propio y ordenar la casa, sí es el momento de salir a velar por los bienes y riquezas encomendados por Dios, para llevarlos adecuadamente y que no nos traigan tristezas, desencantos y frustraciones; “pues las riquezas no son eternas ni la fortuna está siempre segura”.  Esto es algo que debemos tener siempre en mente, las riquezas pueden caer en cualquier momento, en el menos esperado y de la buena o mala administración que se halla desarrollado a lo largo, va a depender hasta dónde nuestra vida o la de los nuestros se verá afectada por la crisis.
La parábola de los talentos o monedas de oro (Mateo 25:14-30), no solo se refiere a los bienes materiales sino también a las cualidades con las que Dios nos ha dotado.  Revisemos minuciosamente tanto los unos como los otros y pongámoslos todos en manos de Dios, para que sea Él quien nos dirija a través de su Santo Espíritu y podamos desarrollarlos de manera que cada día lleven más fruto.  El cultivo de nuestros talentos debe ser siempre nuestro objetivo.  Dios bendecirá el trabajo de nuestras manos y permitirá a la vez que las virtudes de las que somos provistos, se acrecienten cada día para bendecir su nombre.

Amado Señor:  Ponemos delante de ti, nuestros cuerpos, hogares, dones espirituales y bienes materiales para que seas tú enseñándonos a ser buenos administradores y ejercer esta función como es tu deseo, sabiendo que nos pedirás cuenta de todo lo entregado y esperas de nosotros grandes rendimientos.

Un abrazo y bendiciones.  

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