jueves, 7 de junio de 2012

La altivez invalida la Palabra de Dios


Destruimos argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo. 
2 Corintios 10:5.

Lectura diaria: 2 Corintios 10:1-11.  Versículo principal: 2 Corintios 10:5.

REFLEXIÓN

Creo que al igual que en los tiempos de Pablo, hoy se levantan también los mal llamados “maestros del evangelio” que no tienen el discernimiento claro ni el testimonio de sus vidas que los acrediten como tales.  Hay que ser muy observadores y tener muchísimo cuidado porque lo que abunda son opositores al verdadero mensaje de salvación y deforman las Escrituras por conveniencia.  Lo vemos desde políticos influyentes hasta gente del común y si a estas creencias se suman los tales “maestros del evangelio”, se irá formando una bola de nieve que seguirá enrollando a cuanto incauto se encuentre por ahí.
Parece que Pablo se enfrentaba a una lucha espiritual contra sus opositores y en esto es que debemos estar alerta.  A Satanás le importa tergiversar, crear divisiones, enfrentamientos, mentir, etc., porque en últimas esa es su función.  A nosotros nos corresponde con las armas espirituales levantar el nombre del Señor y enfrentar esta guerra (Efesios 6:10-19).  Sabemos que la altivez y la soberbia serán abatidas por la mano de Dios: “Los ojos del altivo serán humillados y la arrogancia humana será doblegada.  ¡En aquel día solo el Señor será exaltado.  Un día vendrá el Señor Todopoderoso contra todos los orgullosos y arrogantes, contra todos los altaneros para humillarlos” (Isaías 2:11-12). 
Por eso cuando todavía hay tiempo: “Reconoce y considera seriamente hoy que el Señor es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra, y que no hay otro” (Deuteronomio 4:39).   “¿No es acaso mi palabra como fuego, y como martillo que pulveriza la roca?” (Jeremías 23:29).  La Palabra de Dios es una sola y nadie la puede cambiar.  Sus preceptos son exactos e irreprochables para bien de la humanidad y no podemos falsearlos.  Así son; no tienen vuelta de hoja.
Debemos aprender a destruir con la misma Palabra de Dios todo argumento y altivez que se levante en contra de lo que Dios escribe. Su Palabra es verdad y allí no hay lugar a decisiones personales.

Amado Señor: Enséñanos a defender tu Palabra con la verdad que se encuentra en ella misma.  Permite que tu Santo Espíritu nos de todo el denuedo para enfrentar los falsos argumentos que le están haciendo tanto daño a la sociedad.

Un abrazo y bendiciones.

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