lunes, 19 de marzo de 2012

Un corazón caritativo

Servir al pobre es hacerle un préstamo al Señor; Dios pagará esas buenas acciones.
Proverbios 19:17.


Lectura diaria: Proverbios 19:1-29. Versículo principal: Proverbios 19:17.


REFLEXIÓN


Conociendo y estudiando la Palabra de Dios, entendemos claramente que ninguna persona se salva por obras, como tampoco no haciéndole mal a nadie o siguiendo una religión. El cristianismo es un modo de vida a través de Jesucristo. Es Cristo en uno mismo.

O sea: no por obras llegamos a Dios; pero claramente, como consecuencia de ser cristianos es un deber practicar las obras. El apóstol Santiago nos lo enseña: “Hermanos míos, ¿de qué le sirve a uno alegar que tiene fe, si no tiene obras?”; “Así también la fe por sí sola, si no tiene obras, está muerta” (Stg. 2: 14 y 17). Y nos aclara más adelante: “Pues como el cuerpo sin el espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta” (Stg. 2:26); (recordemos que todo ser se compone de espíritu, alma y cuerpo (1 Ts. 5:23) y que el área espiritual solo puede renacer cuando se llena ese vacío con Dios a través de Jesucristo).

No podemos dejar las obras a un lado; es necesario que la iglesia de Cristo se levante y de testimonio de ello, máxime cuando existe tanta necesidad a nuestro alrededor. En ese sentido le doy gracias a Dios por tenerme en una congregación donde prima este factor. Para mí, es el ministerio más bonito y sabio que tiene “Casa sobre la Roca”; y me alegra que antes de querer levantar un castillo de edificio, haya pensado primero en los niños desamparados. Es un orgullo y a la vez conmovedor para sus fieles ver a las niñas, que ya han salido profesionales pararse en el altar a dar las gracias a toda la comunidad reunida, porque eso sale de los diezmos que se aportan para el Señor y los cuales son bien administrados en esa maravillosa obra llamada “Hogar de niños”. Admiro muchísimo en ese sentido a Esther Lucía, la esposa de nuestro pastor presidente por el empuje que con tanto amor y dedicación ha sembrado como legado en los corazones de todos los voluntarios que trabajan allí. Dice el versículo del día, que Dios pagará esas buenas acciones y estoy segura que así es.

Si queremos obtener altos intereses, invirtamos apoyando al pobre. Dios no se queda con nada guardado y la calidad del préstamo lo amerita: esos intereses serán los mejores que podremos cosechar.


Señor: Enséñanos a ser sensibles a la necesidad ajena; permite que cuando alguien toque por una escasez, nuestro corazón se conduela y estiremos la mano con el mismo amor del que tu nos has provisto.


Un abrazo y bendiciones.

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