miércoles, 7 de marzo de 2012

El llamado no tiene excusa

Antes que te formara en el vientre, ya te había elegido; antes de que nacieras, ya te había apartado.
Jeremías 1:4.


Lectura diaria: Jeremías 1:4-10. Versículo principal: Jeremías 1:4.


REFLEXIÓN


El llamamiento es para todo aquel que ha conocido a Jesucristo como su Señor y Salvador personal. Nadie que le conozca puede ir inadvertidamente por el mundo como si nada. De verdad debe preocuparle tanta gente que vive engañada por el enemigo y sin tener a alguien que le muestre un camino diferente. Donde quiera que nos encontremos, vamos a hallar personas afligidas, enfermas, adoloridas en el corazón y físicamente esperando una palabra de aliento para continuar. El mundo tiene hambre y sed de Dios y cada uno de nosotros debe ser portador de buenas noticias. No tenemos excusa para no hacerlo. Jeremías se sintió inseguro y muy joven para hablar con elocuencia y el Señor le respondió: “No digas soy muy joven, porque vas a ir a dondequiera que yo te envíe, y vas a decir lo que yo te ordene” (v. 7).

Moisés también se excusó, cuando Dios lo envió como mensajero ante los israelitas diciendo: “–Señor, yo nunca me he distinguido por mi facilidad de palabra –… Francamente me cuesta mucho trabajo hablar”; “Anda, ponte en marcha, que yo te ayudaré a hablar y te diré lo que debas decir” (Éx. 4:10 y 11b). No es por nuestros propios medios que vamos a llevar el mensaje; simplemente somos instrumentos de Dios en sus manos y lo único que tenemos que hacer es ir en obediencia. El Espíritu Santo se encargará de todo lo demás.

“He puesto en tu boca mis palabras. Mira, hoy te doy autoridad sobre naciones y reinos, para arrancar y derribar, para destruir y demoler, para construir y plantar” (v. 9 en la lectura). Definitivamente no tenemos disculpa alguna.

“Esto no está bien. Hoy es un día de buenas noticias, y no las estamos dando a conocer. Si esperamos hasta que amanezca, resultaremos culpables” (2 Re. 7:9).


Señor: Danos el denuedo para compartir a tiempo y a destiempo, como es tu santa voluntad.


Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: