viernes, 23 de marzo de 2012

Caminando con nosotros

Si no vienes con nosotros, ¿cómo vamos a saber, tu pueblo y yo, que contamos con tu favor? ¿En qué seríamos diferentes de los demás pueblos de la tierra?
Éxodo 33:16.


Lectura diaria: Éxodo 33:7-23. Versículo principal: Éxodo 33:16.


REFLEXIÓN


El pasaje tiene que ver con los israelitas después de que pecaron contra Dios por su abominación. Y al igual que Moisés hablaba tan directamente con el Señor (v. 11), y eran amigos (vv. 12 y 17), nosotros también somos llamados sus amigos (Jn. 15:15) y somos en estos tiempos su “linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios” (1 P. 2: 9).

Si bien es cierto que Dios no va con el pecado por su misma esencia de santidad, sí es claro que precisamente el Señor Jesucristo vino a perdonarnos y limpiarnos de toda maldad. El pecado interrumpe nuestro diálogo directo con Dios Padre y Jesucristo está ahí presente, intercediendo a nuestro favor para que confesemos nuestras culpas (1 Jn. 1:9 y 2:1-2), y podamos continuar con esa relación que tenemos de Padre a hijo impregnada de la confianza y del amor que nos lleva a ser los mejores amigos. Esto marca la diferencia con el mundo: somos su pueblo, su preferencia y no nos va a dejar porque su Palabra se cumple: “Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor” (Ro. 8:38-39). Esta es la seguridad del cristiano y la maravillosa convicción no solo de la gloria eterna; también la certeza que a donde quiera que vayamos, iremos acompañados porque Él camina a nuestro lado. Es nuestro mejor amigo, consejero, abogado, médico y jamás nos va a dejar.

El Señor a sus hijos, a los que considera sus amigos también les contesta: “–Está bien, haré lo que me pides, pues cuentas con mi favor y te considero mi amigo” (v. 17). Hay que abusar de esa “amistad” y hacerle nuestras peticiones porque Él está listo a dárnolas. “Pidan y recibirán para que su alegría sea completa” (Jn. 16:24).


Amado Señor: Gracias porque caminar contigo es la mejor experiencia que podemos tener. Tú a nuestro lado, apoyándonos y fortaleciéndonos en cada momento porque bien sabes de nuestras debilidades, agotamientos e impotencias a los que tenemos que enfrentarnos, y tú listo a tendernos la mano para levantarnos y poder continuar.


Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: