miércoles, 28 de marzo de 2012

¿Me amas?

–Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos? –Sí, Señor, tú sabes que te quiero –contestó Pedro. –Apacienta mis corderos –le dijo Jesús.
Juan 21:15.


Lectura diaria: Juan 21:15-25. Versículo principal: Juan 21:15.


REFLEXIÓN


Carlos, Juan, Luis, Jorge, Lucía, Martha, (pongamos nuestro nombre). ¿Me amas? Es la pregunta que el Señor nos hace a cada uno; contestémosle sinceramente. ¿Me amas de verdad? Muy seguramente nos tendrá que cuestionar como a Pedro: tres veces hasta que salga la respuesta desde lo profundo del corazón: “–Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero” (v. 17c).

Cuántas veces decimos que lo amamos pero todo se convierte nada más en solo palabras que fácilmente se las lleva el viento. ¿A quién amamos? ¿Al Dios que está allá lejano mientras estamos aquí vacíos y destruidos por dentro? O ¿al Dios que tenemos como fetiche en una estampa? ¿O al de la figura hecha por manos humanas de un Cristo muerto? ¿Es ese nuestro Dios? Si es así lo tenemos como muy poca cosa, porque nuestro Dios no está muerto; vive y quiere morar completamente en nuestras vidas. No es un Dios lejano, precisamente a eso vino: para estar con todo aquel que le permita seguir para demostrarle cuánto lo ama y cuánto puede hacer por él.

Tal vez, decimos que le amamos pero nos ha sucedido igual que a Pedro: le hemos negado por miedo, vergüenza o por conveniencia (Lc. 22:54-62). Sin embargo, hoy el Señor se acerca hacia ti y con todo su amor y ternura te pregunta: ¿me amas más que éstos? Reflexiona desde lo más íntimo y contéstale con tu verdad. No le contestes a la ligera (“–Aunque todos te abandonen, –declaró Pedro–, yo jamás lo haré”. Mateo. 31:33), porque puedes salir a llorar amargamente por haber negado a tu Señor.


Amado Señor: Permite que si en realidad te amamos, demos muestra ante el mundo de que así es. Que los demás vean en nosotros al Cristo resucitado que da vida, esperanza, amor y paz.


Un abrazo y bendiciones.

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