miércoles, 15 de febrero de 2012

Quietud para ver su gloria

Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios. ¡Yo seré exaltado entre las naciones! ¡Yo seré enaltecido en la tierra!
Salmo 46:10.


Lectura diaria: Salmo 46:1-11. Versículo principal: Salmo 46:10.


REFLEXIÓN


Por lo general nos quedamos quietos cuando todo está marchando a la perfección; pero cuando de pronto se aparece un problema, surgen los ¿qué hago? ¿Qué está pasando? O vienen las dudas. Se nos olvida que “Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia” (v. 1). También se nos olvida que “El Señor Todopoderoso está con nosotros” (v. 11). Si no podemos confiar en Dios, no podemos ver el plan que tiene para nosotros; Dios nos manda que nos quedemos quietos y precisamente tenemos que hacerlo en tiempos de aflicción. ¿Hasta dónde vamos a permitirle actuar? El Señor desea que le entreguemos todas las áreas; no podemos decirle: “Señor te amo, pero no me pidas tal o cual cosa”. El amor es confianza, es esperanza, es plenitud, es verdad, es darlo todo; si nos falta alguno de estos ingredientes, entonces no es amor.

¿Por qué temer? El Señor no nos dejará ni abandonará porque su amor no cambia, es inmutable; está con nosotros y para confirmarlo nos dice: “Aún en la vejez, cuando ya peinen canas, yo seré el mismo, yo los sostendré. Yo los hice, y cuidaré de ustedes; los sostendré y los libraré” (Is. 46:4). Al Señor no le importa la edad que tengamos y no tenemos porqué temer la adultez. Si las cosas se perciben oscuras, ya sabemos quien es el que nos quiere atacar pero no se saldrá con la suya porque el Señor dice: “Mi propósito se cumplirá, y hare todo lo que deseo”; “Lo que he dicho, haré que se cumpla; lo que he planeado, lo realizaré” (Is. 46:10b y 11b).

Quedémonos quietos esperando ver su gloria muy pronto y no dejemos que el enemigo nos desconcierte, porque el Señor vendrá en nuestro amparo, de tal modo que nos asombraremos y reconoceremos su gran poder y gloria.


Señor: Gracias por enseñarnos a estar quietos y a depender exclusivamente de ti, hasta que el propósito tuyo se cumpla de acuerdo al plan que nos tienes.


Un abrazo y bendiciones.

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