miércoles, 22 de febrero de 2012

Mirando hacia adelante

Jesús le respondió: –Nadie que mire atrás después de poner la mano en el arado es apto para el reino de Dios.
Lucas 9:
62.


Lectura diaria: Lucas 9:57-62. Versículo principal: Lucas 9:62.


REFLEXIÓN


Después de poner la mano en el arado del Señor, no se puede mirar hacia atrás; hay que seguirle siempre como buen soldado. No es fácil, pero la recompensa llegará. Nadie puede decir que la vida militar es un juego: requiere disciplina, constancia, responsabilidad y entrega. La vida cristiana se asemeja a ésta porque requiere también de estos valores para cumplir el fin específico de ser un verdadero discípulo de Cristo: “Si alguien quiere ser mi discípulo, que se niegue a sí mismo, lleve su cruz cada día y me siga” (Lc. 9:23).

Nuestra actitud debe ser el mirar siempre hacia adelante buscando alcanzar la meta, como lo dijo Pablo: “olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante”. El proceso se verá truncado muchas veces por vallas, tropiezos y obstáculos que invitan a declinar; pero es eso: cumplir el propósito de llegar a la meta. El caminar en las mañanas me permite reflexionar sobre mi vida y es exactamente igual. A veces me encuentro con un carro que me asusta al cruzar una calle o un perro juguetón que se me lanza; con desniveles que casis me tumban si no voy bien firme, o con tramos difíciles porque están arreglando la avenida. Sin embargo, observo a todos los que regularmente salimos y en general todos prosiguen sin dar marcha atrás. Pueden ser jóvenes, adultos, adultos mayores; unos van más rápido, otros más despacio; otros acompañados de la mano o simplemente caminando y conversando. Los hay que van acompañados por un lindo can e incluso madres con el cochecito de sus bebes; todos con el mismo fin: hacer ejercicio. Aparte de ser muy placentero salir a esa hora, es para mí una gran terapia: me fascina ver la gente y más cuando se aprecia un cuadro tan disímil. De igual modo es la vida cristiana: encontraremos muchos obstáculos para desistir, personas diferentes a nosotros, pero todos buscando el mismo resultado: “el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús” (Fil. 3:14). El Señor siempre estará cada mañana brindándonos su apoyo y diciéndonos: “ve hacia adelante, no des marcha atrás; esfuérzate, sé valiente que yo estaré contigo donde quiera que vayas”.

Sí, no se puede dar un paso atrás, “ni siquiera pa coger impulso” como dicen en mi Llano. Hay que seguir firme hacia delante porque al querer voltear podemos tropezar y caer.

Señor Jesús: Gracias por estar siempre a nuestro lado. Enséñanos a apoyarnos en ti porque tú eres el único que puedes enderezar nuestro camino.


Un abrazo y bendiciones.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Hermosa reflexion, que Dios la siga iluminando en sabiduria y entendimiento para compartir tan hermosas palabras para aprender, meditar y ensenar. BENDICIONES

Dora C. dijo...

Gracias Daniel. La gloria sea para nuestro buen Dios. Bendiciones.