viernes, 24 de febrero de 2012

Es tu oportunidad

Busquen al Señor mientras se deje encontrar. Llámenlo mientras esté cercano.
Isaías 55:6.


Lectura diaria: Isaías 55:1-13. Versículo principal: Isaías 55:6.


REFLEXIÓN


¿Estás cansado de andar errante? ¿El camino es largo, dificultoso y caluroso? “¡Vengan a las aguas todos los que tengan sed! ¡Vengan a comprar y comer los que no tengan dinero! ¡Vengan compren vino y leche sin pago alguno!” (v. 1). Dios está siempre presente para ofrecer precisamente una nueva oportunidad. Él no se detiene en la búsqueda de las almas perdidas ni se cansa tampoco de llamar. Nos ofrece una comida eterna, el pan de vida y el agua que sacia completamente nuestra sed. Si se va por el camino torcido, el más espacioso que no lleva a la vida eterna sino a los placeres del mundo: “Que se vuelva al Señor, a nuestro Dios que es generoso para perdonar, y de él recibirá misericordia” (v. 7b). Hay que dejar que el Señor venga a nuestras vidas y nos muestre una nueva senda por donde conducirnos: “Porque mis pensamientos no son los de ustedes, ni sus caminos son los míos –afirma el Señor–. Mis caminos y pensamientos son más altos que los de ustedes; ¡más altos que los cielos sobre la tierra!” (v. 9).

Dicen que las oportunidades son calvas y no hay que desaprovecharlas. La oportunidad de conocer al Señor es hoy. Él quiere calmar completamente tu sed; todo el que se acoge a Él no volverá a tener sed jamás. Déjate conducir por el mejor camino que el hombre puede encontrar; échate en sus brazos llenos del amor y de la misericordia que te ofrece; te saciará con su Palabra. Entonces, podrás comprobar que el Señor es el Pan de vida; su mismo cuerpo inmolado por ti para darte vida eterna. Saltarás de gozo porque serás guiado en paz. “Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo” (Ap. 3:20). Te lo está diciendo el mismo Señor. ¡No dejes pasar esta oportunidad! Mañana puede ser tarde. ¡Dile a Jesús que tome tu vida!


Señor Jesús: Enséñanos a ser oportunos en llevar tu Palabra a los sedientos; seguro que no regresará vacía.


Un abrazo y bendiciones.

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