martes, 7 de febrero de 2012

Acumular tesoros en el cielo

Le resulta más fácil a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios.
Marcos 10:25.


Lectura diaria: Marcos: 10:17-31. Versículo principal: Marcos 10:25.


REFLEXIÓN


El joven rico se acercó al Señor y le preguntó qué tenía que hacer para alcanzar la vida eterna; el Señor le responde, recordándole los mandatos de la ley y con cierto orgullo a mi parecer, el joven le contesta que con toda ha cumplido. “Jesús lo miró con amor y añadió: –Una sola cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme” (v. 21). El Señor conocía perfectamente su corazón y sabía que a pesar de cumplir con los preceptos de la ley, había algo que estaba por encima de su amor a Dios: el dinero.

Sus discípulos creyeron que entonces era muy difícil salvarse de acuerdo al ejemplo dado, y el Señor les contesta que para Dios no hay nada imposible (vv. 26 y 27). No es que el dinero sea malo y que ningún rico pueda ser salvo; el amor al dinero es la raíz de todos los males dice la Biblia y que por codiciarlo, algunos se han desviado de la fe y se han causado muchos sinsabores (1 Ti. 6:10). La codicia es pecado, al igual que la envidia y la vanagloria humana. Si bien es cierto que una persona puede alcanzar muchos logros tanto materiales como intelectuales, siempre debe reconocer que provienen de Dios quien se lo ha permitido y que Él es el dueño absoluto de todo y por su misericordia y amor se los ha entregado para que sea un buen administrador aquí en la tierra. Cuando entendemos que solo estamos para administrar lo que le corresponde a nuestro Amo, estamos cosechando tesoros para el cielo y éstos allá, no se deteriorarán. De lo contrario nos desviaremos fácilmente, “Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón” (Mt. 6:21). Y el Señor añade también es ese pasaje que no se puede servir a la vez a dos señores: a Dios y a las riquezas, porque se amará al uno mucho y se despreciará al otro (Mt. 6:24). El amar a Dios sobre todas las cosas, incluye dinero, fama, honra, padres, hijos, hermanos, etc. Dios quiere ser siempre el primero y así debe ser; lo contrario se convierte en idolatría y es gravísimo ante los ojos de Dios. El dinero puede ser bueno o malo de acuerdo al orden que le demos. ¿Qué lugar ocupa en nuestras vidas?


Señor: Gracias porque todo lo nuestro es tuyo. No permitas que nuestro corazón se envanezca con lo material; más bien, permite que prosperemos espiritualmente acumulando ricos tesoros para el cielo y así enaltecer tu Nombre.


Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: