lunes, 12 de julio de 2010

Y que el Señor haga lo que bien le parezca

¡Ánimo! ¡Luchemos con valor por nuestro pueblo y por las ciudades de nuestro Dios! Y que el Señor haga lo que bien le parezca.

2 Samuel 10:12.

Lectura diaria: 2 Samuel 10:1-19. Versículo del día: 2 Samuel 10:12.

ENSEÑANZA

Esta fue la frase que pronunció Joab, líder del ejército de David cuando salieron a pelear contra los amonitas. Ellos iba a hacer todo lo que estuviera a su alcance para lograrlo, pero la última decisión la tomaría el Señor. Con la presente lectura, aprendemos que frente a cualquier dificultad presentada, no debemos quedarnos con los brazos cruzados sino hacer todo lo que esté a nuestro alcance y dejar que sea el Señor quien se mueva en medio de la turbulencia y aceptar su decisión. A raíz de lo sucedido con el apartamento, donde el juez volteó la sentencia del tribunal dándole al Banco todas la garantías para que inicie un proceso nuevo, he aprendido que por más que sufra y me estrese por lo acontecido, no voy a cambiar la situación. Entonces, ahora le doy gracias a Dios por este apartamento y me he propuesto quererlo, dejando en sus manos cualquier determinación por parte de las autoridades competentes sobre este inmueble. Mi deseo de irme era tal, que no hallaba la hora de poder realizarlo; sin embargo todo se cayó de la manera más inesperada e ilógica. Cuando les escribí pidiéndoles oración hace aproximadamente unos dos meses, era precisamente por ese lío jurídico. Lloré, me estresé, me iba enfermando y en definitiva nada logré. Cuando resolví de verdad lanzarme a los brazos del Señor, y quitarme el peso del apartamento de encima, volví a tener paz y he podido vislumbrar el panorama con otra óptica. Ahora que se han hecho las diligencias respectivas, digo al igual que Joab: “Y que el Señor haga lo que bien le parezca”. Dice Proverbios 16:33: “Las suertes se echan sobre la mesa, pero el veredicto proviene del Señor” o Proverbios 21:31: “Se alista al caballo para el día de la batalla, pero la victoria depende del Señor”. Si mi Señor, gracias porque el veredicto y la victoria están en tus manos y cualquier decisión la acataré humildemente.

Un abrazo y bendiciones.

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