miércoles, 14 de julio de 2010

Lo íntimo del corazón

Cada corazón conoce sus propias amarguras, y ningún extraño comparte su alegría.
Proverbios 14:10.


Lectura diaria: Proverbios 14:1-35. Versículo del día: Proverbios 14:10.

ENSEÑANZA

Por más que una persona sea alegre, extrovertida y sincera, hay situaciones donde se toca profundamente al corazón y lo mejor es ante esta situación callar. En ocasiones somos muy dados a compartir problemas y necesidades con otros, sin darnos cuenta que muchas veces en vez de encontrar una solución, se nos da la espalda e incluso los demás llegan a alegrarse de la desgracia ajena. Lo único logrado con esto, es echarse otra carga encima: tras el problema, la desilusión. Entonces, es cuando reflexionamos y nos decimos: “hay que aprender a callar”. La prudencia es una virtud del sabio y a lo largo del Libro de Proverbios encontramos varios versos referentes al tema. “El prudente se fija por dónde va” (v. 15b); “El prudente actúa con cordura” (Pr. 13:16); “el hombre prudente no muestra lo que sabe” (Pr. 12:23). Considero que el ser prudentes nos lleva a cultivar y guardar el corazón, ya que en las palabras hay mucho poder. Es en estos momentos donde nos toca depositar en lo más íntimo: problemas, transgresiones, burlas, insultos e injusticias cometidas contra nosotros. ¡Ahí, es donde el versículo del día no se equivoca! Aunque a lo largo de mis devocionales me ha quedado la lección de que “tristeza compartida es la mitad de la tristeza y que alegría compartida es doble alegría”, he comprendido también que hay que aprender a callar. Dejemos que sea sólo el corazón el que conozca las amarguras, sobre todo en ocasiones que lo ameriten de verdad, pues este puede volcarse ante su Señor si ningún temor de llegar a ser defraudado, y encontrar en Él, la paz y tranquilidad que nadie nos regala.

Un abrazo y bendiciones.

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