sábado, 10 de julio de 2010

El amor restaurador de Dios

Por eso, ahora voy a seducirla: me la llevaré al desierto y le hablaré con ternura.
Oseas 2:14.

Lectura diaria: Oseas 2:14-23. Versículo del día: Oseas 2:14.

ENSEÑANZA

Dios a través del profeta Oseas nos deja un mensaje sublime de amor. El amor inconfundible que brota sinceramente de su corazón, donde la gracia de Dios disciplina pero no nos abandona. En esa fidelidad inquebrantable descansa la esperanza de restauración. A lo largo del pasaje de estudio observamos que sólo el amor de Dios puede inducirnos al arrepentimiento y a la conversión. Aquí, al igual que en el libro de Cantares, vemos la relación perfecta no sólo del matrimonio, sino también la de Cristo con su Iglesia, única e indisoluble con base en el amor que “sobrepasa todo entendimiento”. El Señor sabe atraernos con su infinita misericordia cuando caemos o estamos alejados de Él. No encuentro palabras más tiernas y conmovedoras en la Biblia para hablar a su pueblo o a su Iglesia en la actualidad, como las de Oseas. Busca un lugar apartado y solitario para hablarnos muy quedo al corazón, con ternura imperecedera nos atrae; consintiéndonos y dándonos gusto en lo que por enseñanza nos quitó, pero que nos lo devolverá aún mayor (v. 15). La relación quebrantada por el pecado, será restituida al punto de convertirnos en su verdadera esposa; ya no le llamaremos “mi Señor” sino “Esposo mío”. ¡Qué seguridad y confianza nos brinda el amado esposo! Ya podemos reposar tranquilos, porque Él será el encargado de conducirnos por el camino fructífero de bienestar, permitiendo que todo a nuestro alrededor sea próspero y de bendición. Si te sientes como aquella mujer, indigna(o), rechazada(o), malquerida(o), recuerda que no importa la vida que llevabas, el amor perdonador y reconciliador de Dios, está ahí, listo para ti; solamente voltea los ojos hacia Él que con sus brazos amorosos y su ternura, te envolverá y atraerá hacia su redil. ¡Qué hermoso eres Amado mío! ¡Hasta tu vida diste por la humanidad!

Un abrazo y bendiciones.

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