jueves, 15 de julio de 2010

Nada ni nadie puede quitarnos la paz

A procurar vivir en paz con todos, a ocuparse de sus propias responsabilidades y a trabajar con sus propias manos. Así les he mandado, para que por su modo de vivir se ganen el respeto de los que no son creyentes, y no tengan que depender de nadie.

1ª. Tesalonicenses 4:11-12.

Lectura diaria: 1ª. Tesalonicenses 4:1-12. Versículo del día: 1ª. Tesalonicenses 4:12.

ENSEÑANZA

Sí debemos procurar vivir en paz con todos para tener tranquilidad. Con razón dice el apóstol que nuestro modo de vivir hace que nos ganemos el respeto y algo muy importante, no depender de nadie. Desafortunadamente cuando por alguna circunstancia se depende de alguien, casi que estamos subyugados a esa persona. Por ejemplo, si debemos un favor en especial de dinero, tenemos que soportar y doblegar la cabeza hasta tanto no devolvamos lo pedido. Gracias a Dios, nunca tuve que ver esa situación con mi madre, pues siempre supo trabajar dignamente y darnos tanto a mis hermanos como a mí, lo necesario sin tener que llegar a esos extremos. A través de muchos otros espejos, he podido entender lo difícil que es depender de otra persona. Se está sometido a humillaciones, compromisos ineludibles, a sátiras, etc. Dios en su sabiduría nos deja precisamente un versículo en Proverbios donde nos dice que si en nuestras manos está el hacer un favor lo hagamos sin trabas ni exigencias (3:27-28), y debe ser por esto. A veces es difícil conservar la paz, pero precisamente debemos aprender a no dejarnos llevar por personas que con sus actuaciones y palabras nos viven martillando nuestro proceder y manera de vivir. Al final de cuentas como dice el dicho: “nadie es monedita de oro para caerle bien a todo el mundo”. Unos nos critican porque sí y otros porque no y como a todos no podemos darle la razón, lo mejor es vivir de acuerdo a nuestras propias convicciones, procurando llevarla bien hasta donde nos sea posible para no perder la paz y tranquilidad que nos da el Señor. Un devocional de mi Biblia señala que la tranquilidad nos lleva a la victoria y así es. El Señor Jesús permita que a pesar de las dificultades diarias podamos disfrutar de paz y contentamiento.

Un abrazo y bendiciones.

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