martes, 6 de julio de 2010

¡Sonríele a la vida!

¡Sonríele a la vida, Israel! ¿Quién como tú, pueblo rescatado por el Señor? Él es tu escudo y tu ayuda; él es tu espada victoriosa.
Deuteronomio 33:29.


Lectura diaria: Deuteronomio 33:26-29. Versículo del día: Deuteronomio 33:29.

ENSEÑANZA

¿Por qué no sonreírle a la vida? No importa lo que haya pasado, el pasado queda atrás y nosotros debemos continuar. Dice Pablo: “Esperando alcanzar aquello para lo cual Cristo me alcanzó a mí” (Fil. 3:12b). Somos ciudadanos del cielo y hacia allá nos dirigimos, “Él transformará nuestro cuerpo miserable para que sea como su cuerpo glorioso, mediante el poder con que somete a sí mismo todas las cosas” (Fil. 3:21). Recordemos la enseñanza dejada en la película “La vida es bella”, ese padre terrenal y amoroso quería hacerle ver a su hijito toda dificultad de una manera diferente; de lo malo, sacar lo bueno y aprovecharlo para que su ingenuidad de niño no se vulnerara. De igual modo nuestro Papito Dios a pesar de las aflicciones por soportar, desea que sus hijos aprendan a ver sus vidas de modo que la adversidad no tape el gran regalo que nos dio al ofrecernos la vida eterna; por eso su Palabra dice que todas las cosas nos ayudan a bien; grandes enseñanzas nos dejan estas situaciones. Las palabras que Moisés pronunció en su despedida a Israel, son también para nosotros, apropiémonoslas: ¡Sonríele a la vida, Pedro, Juan, Martha, Dora! Quien quiera que seas y si ya estás seguro de la salvación que te ha dado Jesús, ¡sonríele a la vida! Tienes el mejor regalo. ¿Quién como tú, mujer u hombre rescatado por el Señor? Él es tu escudo y tu ayuda; Él es tu espada victoriosa. Él es tu todo. ¡Sonríele a la vida! Eres victorioso en Cristo Jesús.

Un abrazo y bendiciones.

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