martes, 2 de marzo de 2010

Recuerdos inolvidables

Este es un día que por ley deberán conmemorar siempre. Es una fiesta en honor del Señor, y las generaciones futuras deberán celebrarla.

Éxodo 12:14.

Lectura diaria: Éxodo 12:1-28. Versículo del día: Éxodo 12:14.

ENSEÑANZA

Cuando el Señor instituyó la Pascua, fue para que Israel siempre recordara como con mano poderosa Él los sacó de Egipto, matando a todos los primogénitos de ese país, sin hacerle el menor daño a su pueblo; fiesta que todavía se cumple dentro de los judíos. Nosotros, deberíamos ser agradecidos y también estar recordando las hazañas y prodigios que hemos recibido de parte de nuestro Dios. Si hay algo que me gusta tanto de los Estados Unidos es ver la conmemoración del día de “Acción de gracias” donde las familias todas se reúnen el tercer jueves de noviembre alrededor de una mesa. No sé si las nuevas generaciones se acuerdan de orar por lo que Dios ha hecho con su país; lo que sí sé, es que esta tradición empezó en agradecimiento a Dios después de recolectar la cosecha en noviembre de 1623, donde una colonia de peregrinos “Plymonth Plantation”, a través del gobernador de la colonia en Plymonth Massachusetts, declaró que todos los peregrinos con sus familias se reunieran en la casa comunal para escuchar al pastor, y dar gracias a Dios por todas las bendiciones. Más tarde el 1º. De noviembre de 1777 fue institucionalizado como día feriado declarado oficialmente así: “para solemne acción de gracias y adoración que con un corazón y en unidad de voz, las buenas personas expresen sus sentimientos de agradecimiento, y se consagren al servicio de su divino Benefactor,… y que sus humildes súplicas plazcan a Dios, por medio de los méritos de Jesucristo, quien es misericordioso para perdonar, borrando y olvidando sus pecados…”. El 1º. de enero de 1795, el primer presidente, George Washington, nuevamente, escribió su famosa proclamación de acción de gracias en la cual se dice: “nuestro deber como personas con reverente devoción y agradecimiento, reconocer nuestras obligaciones al Dios Todopoderoso, e implorarle que nos siga prosperando y confirmando las muchas bendiciones que de Él experimentamos…”. Seguro Dios no pasa por alto este detalle y sin embargo la envidia nos carcome porque lo queramos o no, Estados Unidos es una nación bendecida por Dios, al punto de ser la primera potencia mundial. Me pregunto: ¿Por qué no hacemos nosotros lo mismo? No necesitamos tener un día exacto para ofrecérselo al Señor en agradecimiento por los favores recibidos, ni necesitamos que se nos oficialice una fecha determinada; simplemente podemos como familia hacerlo en el momento que lo consideremos. Dios se goza en la alabanza de su pueblo y si hay algo bonito, es saber ser agradecidos. En momentos de dificultad debemos traer a la memoria las proezas realizadas por Dios en nuestras vidas, para recordar su fidelidad en días pasados y tener la confianza plena en que Él no nos dejará ni abandonará cualquiera que sea la situación en la que nos encontremos y nos llevará avante al igual que lo hizo en tiempos anteriores. No dejemos perder estos recuerdos inolvidables, al contrario: inclinémonos y adoremos al Señor por sacarnos de ese “Egipto” donde estábamos cautivos. Aprendamos del pueblo judío y de la nación del tío Sam que Dios no se queda con nada guardado.

Un abrazo y bendiciones.

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