lunes, 22 de marzo de 2010

La impaciencia como causa de idolatría

Tienes que hacernos dioses que marchen al frente de nosotros, porque a ese Moisés que nos sacó de Egipto, ¡no sabemos qué pudo haberle pasado!

Éxodo 32:1.

Lectura diaria: Éxodo 32:1-26. Versículo del día: Éxodo 32:1.

ENSEÑANZA

La idolatría no es solamente adorar a un muñeco de barro o de metal, es simplemente poner por delante de Dios cualquier cosa. Tampoco ha sido problema únicamente de los tiempos antiguos; en la actualidad la misma tecnología en muchas ocasiones nos aparta constantemente de Dios. Muy seguramente no nos hacemos un becerro de oro, pero si nos inclinamos ante cualquier estatua o sortílego que se nos aparezca, poniendo la confianza es estas cosas en lugar de Dios. El sólo hecho de anteponer el trabajo, el estudio, la misma iglesia o congregación por encima de Dios, ya es causa de idolatría. Nada, absolutamente nada ni nadie puede ocupar su lugar; ni casa, ni carro, ni empresa alguna. Ni a padre, madre, esposa(o), o hijos, les corresponde ese puesto. El único que tiene derecho a esa preeminencia es totalmente Dios. El pueblo de Israel, pecó porque su impaciencia los llevó a creer que Dios ya se había olvidado de ellos. ¿Cuántas veces al no ver la respuesta rápida de Dios, nos desesperamos y volvemos los ojos hacia otros ídolos? Ocurre a menudo con la sanidad o ante crisis económicas; al no ver un pronto resultado, alguien nos convence de recurrir al brujo de turno y sin pensarlo dos veces, resultamos metidos en la boca del lobo. Esta forma de brujería, hechicería o espiritismo también es idolatría y ¡de la más grave! “Teme al Señor tu Dios, sírvele solamente a él”; “pues el Señor tu Dios está contigo y es un Dios celoso; no vaya a ser que su ira se encienda contra ti y te borre de la faz de la tierra” (Deuteronomio 6:13 y 15). La muerte, tanto física como espiritual es la consecuencia de toda esta clase de abominaciones. ¡Tengamos cuidado! Satanás es tan astuto que fácilmente nos puede engañar. Recordemos que él se viste como ángel de luz para engañar a muchos. Si ya has caído en esta clase de pecado, arrepiéntete y pídele perdón a Dios. “Así dice el Señor: Si te arrepientes, yo te restauraré y podrás servirme. Si evitas hablar en vano, y hablas lo que en verdad vale, tú serás mi portavoz. Que ellos se vuelvan hacia ti, pero tú no te vuelvas hacia ellos” (Jeremías 16:19). Convence con tu testimonio y la Palabra de Dios y no permitas que Satanás y el mundo te convenzan con sus artimañas y trampas que lo único que harán, será desviarte del camino correcto.

Un abrazo y bendiciones.

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