jueves, 4 de marzo de 2010

Atendamos sus instrucciones

El Señor dice: Yo te instruiré, yo te mostraré el camino que debes seguir; yo te daré consejos y velaré por ti.

Salmo 32:8.

Lectura diaria: Salmo 32:8-11. Versículo del día: Salmo 32:8.

ENSEÑANZA

A veces creemos que al Señor no le importamos y que ni siquiera nos tiene en cuenta. Lo que pasa es que nosotros actuamos con indiferencia ante Él. “No seas como el mulo o el caballo que no tienen discernimiento y cuyo brío hay que domar con brida y con freno para acercarlos a ti” (verso 9). Aunque nos parezca imposible, Dios está siempre de nuestro lado, guiándonos y llevándonos por el mejor camino; no hay ningún Dios como Él, que de verdad actúe a favor de quienes han puesto su confianza en sus manos y salga al encuentro de los que practican la justicia y recuerdan sus caminos (Isaías 64:4-5). El problema está en el corazón del hombre que le fascina llevar la contraria en todo; si nos dice: “coge por aquí”, respondemos: “no mejor por allí”. Si no estamos atentos a su voz, no escucharemos sus consejos ni atenderemos sus instrucciones. La naturaleza pecaminosa nos tira mucho hacia el mundo y a estos consejos sí que les damos importancia, sabiendo que no nos dejarán nada provechoso. “Todos somos como gente impura; todos nuestros actos de justicia son como trapos de inmundicia. Todos nos marchitamos como hojas: nuestras iniquidades nos arrastran como el viento” (Isaías 64:8). Exactamente eso somos. Enseguida dice: “A pesar de todo, Señor, tú eres nuestro Padre” (64:9), y si es nuestro Padre, siempre va a querer nuestro bienestar, así sea que nos hayamos apartado de su camino, Él nos volverá a atraer con brazos de amor y misericordia. Nos recogerá y abrigará nuevamente como al hijo que se desvió, haciendo gran fiesta por nuestro retorno (Lucas 15:32). La lección es aprender a discernir su voz para dejarnos guiar por la senda correcta y evitar que nos tenga que enseñar a la fuerza. Señor: permite que nuestro corazón esté atento a tus instrucciones para seguir el camino correcto cada día, hasta alcanzar la plenitud que deseas darnos.

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: