domingo, 7 de marzo de 2010

Practiquemos la autoridad delegada

Luego extendió el Señor la mano, y tocándome la boca, me dijo: He puesto en tu boca mis palabras. Mira, hoy te doy autoridad sobre naciones y reinos, para arrancar y derribar, para destruir y demoler, para construir y plantar.

Jeremías 1:9-10.

Lectura diaria: Jeremías 1:4-19. Versículo del día: Jeremías 1:10.

ENSEÑANZA

Al igual que a Jeremías el Señor ya nos había elegido, aún desde antes de formarnos en el vientre materno; por consiguiente no tenemos excusa aludiendo que somos jóvenes o viejos para cumplir la obra del Señor encomendada. La autoridad que nos da el Señor no es simplemente un juego de palabras, va más allá de lo que sutilmente creemos y debemos ponerla en práctica. “Hoy te doy autoridad sobre naciones y reinos”. Tenemos que entender que vivimos en un mundo donde reina el maligno y por consiguiente hay muchos campos donde él no quiere que nos entrometamos. Ahí es precisamente donde la autoridad delegada por Dios a nosotros debe actuar. ¿Para qué? Para arrancar y derribar, destruir y demoler. Simplemente para desatar todo lo que nos tiene cautivos y no nos deja actuar con la debida libertad. En nuestro devocional diario es importante orar por aquellas personas que sabemos están atadas de una u otra manera impidiéndoles llevar una vida cristiana fructífera. Incluso si nos damos cuenta de algo en nuestras vidas o en nuestros seres queridos que esté fuera de lo normal y no se logra salir avante, empecemos a hacer guerra espiritual con esta autoridad que nos confía el Señor. No temamos; vamos a romper raíces desde lo más profundo porque Dios nos ha puesto como ciudad fortificada, como columna de hierro y muro de bronce (verso 18). Es hora de empezar a dar la batalla y pelear por lo que nos pertenece con la certeza de que podremos construir y plantar algo nuevo que florecerá y llevará mucho fruto. Dios lo ha dicho, nosotros lo proclamamos y así lo veremos.

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: