miércoles, 10 de marzo de 2010

Los mandamientos

Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente –les respondió Jesús–

Mateo 22:37.

Lectura diaria: Éxodo: 20:1-17. Versículo del día: Mateo 22:37.

ENSEÑANZA

Creo que la mayoría de personas en Colombia por lo menos, desde pequeños aprendimos los diez mandamientos. Sin embargo, como puede ser éste uno de los recuerdos echados al olvido, considero necesario repasarlos a la luz de la Biblia para refrescar la memoria y tener en cuenta lo importante que son en nuestra vida. El Señor nuestro Dios, llamó a Moisés desde el monte Sinaí, para que subiera a encontrarse con Él y les diera a conocer a su pueblo Israel, estos mandamientos que dejó escritos en una tabla: “Yo soy el Señor tu Dios. Yo te saqué de Egipto, el país donde eras esclavo. No tengas otros dioses además de mí. No te hagas ningún ídolo…No te inclines delante de ellos ni los adores. Yo, el Señor tu Dios soy un Dios celoso. Cuando los padres son malvados y me odian, yo castigo a sus hijos hasta la tercera y cuarta generación (versos 2-5). “No pronuncies el nombre del Señor tu Dios a la ligera” (verso 7). “Trabaja seis días, y haz en ellos lo que tengas que hacer, pero el día séptimo será un día de reposo para honrar al Señor tu Dios” (versos 9-10). “Honra a tu padre y a tu madre, para que disfrutes de una larga vida en la tierra que te da el Señor tu Dios” (verso 12). Importantísimo; es el primer mandamiento con promesa. “No mates” (verso13). “No cometas adulterio” (verso 14). “No robes” (verso 15). “No des falso testimonio en contra de tu prójimo” (verso 16). “No codicies la casa de tu prójimo, no codicies su esposa, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su burro, ni nada que le pertenezca” (verso 17). Después de la venida del Señor Jesucristo, le corresponde es a su Iglesia acatar estas órdenes. Bien les dijo el Señor a los fariseos y saduceos expertos en la ley cuando les respondió: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente. Éste es el primero y más importante de los mandamientos. El segundo se parece a éste: Ama a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas” (Mateo 22:37-40). El amar a Dios por encima de todas las cosas, con todo el corazón, con todo el ser y con toda la mente, no es simplemente un juego de palabras; encierra tal magnitud como el de desplazar mi ego y permitir que mi espíritu, alma y cuerpo se rindan a sus píes. Cuando le amamos de este modo, nos es fácil cumplir con los siguientes. Aprendamos a amar a Dios como Él desea que lo hagamos, para llevar una vida recta que sea de su agrado y de testimonio para el mundo.

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: