lunes, 13 de diciembre de 2021

Salvos por la fe en Cristo Jesús

Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte. 

Efesios 2:8-9. NVI.


Lectura: Efesios 2:1-10. Versículos del día: Efesios 2:8-9.


MEDITACIÓN DIARIA


A raíz de escuchar a personas que creen que la salvación es por realizar obras de misericordia, resolví hacer este devocional. Somos salvos por regalo de Dios. Esto quiere decir que la salvación es un don; algo que nos ofrecen, que nos dan, sin pedir nada a cambio.

Mediante la fe ¿en quién? En Jesucristo. Fue Jesús quien vino hace dos mil años a la tierra para cumplir con la obra de Dios Padre para la humanidad. La Biblia que es la Palabra de Dios nos enseña que es necesario recibir a Cristo en el corazón. Todos somos creaturas de Dios, pero no todos, hijos de Dios. “Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios” (Juan 1:12). Se nos concede el derecho como hijos de Dios, cuando aceptamos a Jesús en nuestras vidas. No existe ningún otro camino; ni por obras, ni por mediación de algún santo, ni siquiera por medio de María. La bendita virgen María, fue una mujer excepcional, pero jamás el puente para llegar a Dios. “Jesús le contestó: —Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie puede ir al Padre si no es por medio de mí” (Juan 14:6 NTV).

Pensarás entonces, que no tienes que hacer obras, no; de ninguna manera, precisamente haces las obras porque ya conoces a Jesús el Salvador. “La fe sin obras es muerta” (Santiago 2:14). Teniendo en cuenta estos versículos que son Palabra de Dios, no tenemos más que entregarle la vida al Señor Jesús para alcanzar la salvación. Te invito a hacerlo en estos momentos:


Señor Jesús: yo te necesito, te abro la puerta de mi vida y te la entrego para que seas mi Señor y Salvador. Gracias porque me enseñas que no puedo salvarme por obras sino solamente por la fe en Ti quien fuiste quien moriste en la cruz por mí. Perdona mis pecados; toma el trono que yo ocupo y hazme la persona que deseas que yo sea. Gracias por perdonarme, limpiarme y darme una nueva vida Contigo. Amén.


Un abrazo y bendiciones.

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