martes, 21 de diciembre de 2021

Es el Señor quien debe dirigir nuestros pasos

 Como José era descendiente del rey David, tuvo que ir a Belén de Judea, el antiguo hogar de David. Viajó hacia allí desde la aldea de Nazaret de Galilea. Llevó consigo a María, su prometida, quien estaba embarazada. 

Lucas 2:4-5. NTV.


Lectura: Lucas 2:1-5.  Versículos del día: Lucas 2:4-5.


MEDITACIÓN DIARIA


Augusto César era el emperador de Roma y decretó un censo en todo el Imperio romano. Así que todos iban a inscribirse a su pueblo natal. Por eso José se tuvo que desplazar de Nazaret, ciudad de Galilea a Belén de Judea.

A veces no entendemos cuando Dios está juntando todas las fichas de tal manera, que al final queda completo el rompecabezas. Esto fue exactamente lo que hizo el buen Dios respecto al nacimiento de Jesús: el Salvador vendría de la simiente de David y él era de Judea; pues había nacido en Belén. Así se cumpliría también la profecía (Miqueas 5:2).  

Durante mi vida cristiana he visto muchas situaciones donde he podido ver la mano del Señor moviéndome hacia alguna parte donde he creído que ese era su propósito, para al final hacerme llegar al que justo tenía que ser. Por eso es que me gusta el pasaje que dice: “Porque mis pensamientos no son los de ustedes, ni sus caminos son los míos —afirma el Señor—. Mis caminos y mis pensamientos son más altos que los de ustedes; ¡más altos que los cielos sobre la tierra!” (Isaías 55:8-9 NVI). Y es que volvemos a lo mismo: ¿quiénes somos nosotros para decirle a Dios lo que tiene que hacer? Él es Soberano; nosotros sus siervos.

Jesús desea nuestro bienestar, pero debemos dejarlo actuar libremente. Los planes de Él son más altos que los nuestros. Es el Señor quien debe dirigir nuestros pasos.


Señor Jesús: no sé por qué a veces tenemos la tendencia a ayudarte.  Se nos olvida que Eres Tú quien diriges nuestro andar, para guiarnos al mejor de los caminos. Vuelve Jesús a tomar el control de nuestra vida y enséñanos a acatar tu voluntad como es tu deseo. Gracias bendito Señor por tendernos siempre tu mano y no dejarnos caer si tropezamos, para levantarnos y llevarnos por el camino correcto de acuerdo a tus planes. ¡Te amamos Señor!


Un abrazo y bendiciones.  

No hay comentarios: