Porque nos ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo; la soberanía reposará sobre sus hombros, y se le darán estos nombres: Consejero admirable, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz.
Isaías 9:6. NVI
Lectura: Isaías
9:1-7. Versículo del día: Isaías 9:6.
MEDITACIÓN DIARIA
El profeta Isaías había
anunciado como quinientos años atrás, el nacimiento del Niño Jesús. Y dice la
lectura que Dios honrará a Galilea, tierra de paganos. Un pueblo que andaba en
completa oscuridad. Sería allí en Nazaret donde el Señor Jesús empezaría su
ministerio.
El pueblo cristiano está
de fiesta celebrando el nacimiento de Jesús. Sin embargo, ahora reina más la
costumbre o la tradición, pero si vamos al fondo de la lectura, el nacimiento
del Señor en Belén, honró más tarde a una tierra de paganos: Galilea. En los
tiempos actuales, la tecnología desarrollada y los avances científicos desvían
a las personas de lo que en realidad celebramos. Las mismas sociedades de
consumo venden más la imagen de Santa, del árbol de Navidad, de los regalos sin
fin e incluso de la misma cena y se olvida el verdadero significado de lo que
celebramos en esta fecha.
Mi reflexión va para que
todos los cristianos que profesamos el amor al Señor Jesús empecemos a
proclamar al Salvador que es y que puede cambiar vidas cuando le abrimos la
puerta de nuestra vida. La tierra toda está envuelta en completa oscuridad; así
que sea donde sea que vivamos es el momento de anunciar que el Niño nacido es
Jesús de Nazaret, el Salvador enviado por Dios y profetizado desde tiempos
antiguos. El mundo necesita un Salvador; todos lo necesitamos. Jesús es el
puente para reconciliarnos con Dios Padre. Los invito a orar:
Señor Jesús: Tú
Eres el Salvador enviado por Dios para que el mundo volviera nuevamente a tener
una relación perfecta de Padre e hijo. Pon en cada uno de los Tuyos el ser
obediente a tu mandato y llevar el mensaje de salvación a toda creatura.
Permite Señor que, si hay una persona que esté leyendo este devocional, pueda
encontrarse Contigo y decirte sinceramente que te necesita como Señor y Salvador
de su vida. Te agradezco mi Señor y te doy toda la honra y gloria a Ti que Eres
el Consejero admirable, el Dios fuerte, el Padre eterno, el Príncipe de paz. La
Trinidad Divina completa en Ti. ¡Que los cielos proclamen tu Gloria y la tierra
se regocije en tu amor!
Un abrazo y bendiciones.
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