Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve.
Hebreos 11:1. NVI.
Lectura: Hebreos 11:1-19. Versículo del día: Hebreos 11:1.
MEDITACIÓN DIARIA
Quise volver a hacer mi
devocional sobre la fe porque ayer al caminar en la mañana, estuve hablando con
el Señor y bueno, a veces recuerdo a Gedeón que le puso señales a Dios para estar
seguro, de sí era su voluntad utilizarlo para salvar a Israel, como se lo había
prometido. Entonces yo, le había dicho en otra mañana al Señor hace alrededor de
un mes que si encontraba en el campo de Golf una pelotita de las de jugar era porque
mi hijito Juan Manuel y familia vendrían. Las pelotitas ya casi no se ven
porque ese campo está cerrado y muy de vez en cuando, hay una que otra persona
jugando. Así que no hay prácticamente pelotitas por ahí. Resulta que ese día,
yo encontré una pelotita y me puse contenta. Era la confirmación de que sí
vendrían.
Así que en mi charla de ayer
en la mañana recordé lo de las pelotitas y le dije al Señor: ¿por qué me habías
confirmado que si vendrían Gordis y familia y no llegaron? El Caso es que seguí
caminando y vi a lo lejos algo pequeño y blanco; me acerqué y era un huevito
pero roto, de pajarito creo yo. Lo extraordinario es que ahí cerca pero como
escondidas entre el pasto había dos pelotitas. Sentí que el Señor me estaba reforzando
mi petición y por eso puso ante mis ojos dos pelotitas. Las recogí y seguí
caminando. Más adelante divisé nuevamente dentro de un bunker algo blanco que
desde lejos tenía la forma de un carrito de juguete. Pensé que algún niño lo
había dejado y me acerqué; cuando llegué al sitio era una hoja blanca con un
hueco, pero como en forma de carro. Entonces, el Señor me dijo: ¿te das cuenta?
Creíste que era un carro y no lo era. Así es la fe. Tienes que empezar a llamar
las cosas que no son como si fuesen. ¡Claro! Dije yo; tal como hizo Abraham. “Así
que Abraham creyó en el Dios que da vida a los muertos y que llama las cosas
que no son como si ya existieran”; “Ante la promesa de Dios no vaciló como un
incrédulo, sino que se reafirmó en su fe y dio gloria a Dios, plenamente
convencido de que Dios tenía poder para cumplir lo que había prometido”
(Romanos 4:17b y 20-21).
Pienso que mi salida de
ayer estuvo basada en la lección que me dio el Señor sobre mi fe. Les dejo la
inquietud a cada uno y que saquen sus propias conclusiones y reflexiones.
Señor Jesús: gracias porque me muestras a través de
detalles lo débil que es mi fe. Te ruego Señor me enseñes a entenderla del mismo
modo que lo hizo Abraham; sin dudar de Ti y sin titubear que Tú tienes todo el
poder para crear cosas nuevas.
Un abrazo y bendiciones.
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