martes, 21 de julio de 2020

Oremos por la evangelización de nuestra región


Los que se habían dispersado predicaban la palabra por dondequiera que iban. Felipe bajó a una ciudad de Samaria y les anunciaba al Mesías. 
Hechos 8:4-5. NVI.

Lectura: Hechos 8:1-25.  Versículos del día: Hechos 8:4-5.

MEDITACIÓN DIARIA

Después del martirio de Esteban, todos los de la iglesia se dispersaron menos los apóstoles. Entonces Felipe fue a Samaria. Recordemos que entre samaritanos y judíos no había mucha amabilidad; al contrario, no se hablaban entre ellos. Sin embargo, el Señor usó a Felipe para que evangelizara esa región y se manifestó gloriosamente: “Al oír a Felipe y ver las señales milagrosas que realizaba, mucha gente se reunía y todos prestaban atención a su mensaje. De muchos endemoniados los espíritus malignos salían dando alaridos, y un gran número de paralíticos y cojos quedaban sanos. Y aquella ciudad se llenó de alegría” (vv. 6-8). Sí; creyeron en el Cristo que había venido, muerto y resucitado. Un pueblo que escucha la Palabra de Dios es ricamente bendecido.
Me llenó de gozo el saber que presidentes de América, estaban poniendo a Dios en primer lugar y clamando en oración. Eso es lo que necesitamos. No es un presidente el que nos va a cambiar; es directamente el Señor Jesucristo. Pero tener un mandatario que le crea a Dios es una garantía para el pueblo: “Con justicia el rey da estabilidad al país” (Proverbios 29:4a). La justicia que proviene de la mano de Dios. Oremos porque nuestras naciones conozcan al bendito Salvador y volteen los ojos al Único capaz de transformar corazones.

Amado Señor Jesús: gracias por tu Palabra que es verdad. Ponemos delante de Ti a todos los países de América para que seas Tú permitiendo que desde la cabeza (mandatarios), hasta jóvenes y niños acepten que Eres el Rey del universo y Salvador de la humanidad. Para que acepten y obedezcan tu mensaje de las Buenas Nuevas y esta tierra entera se convierta, se humille y busque tu rostro para ser sanada completamente. Gracias bendito Señor.

Un abrazo y bendiciones.

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