viernes, 24 de julio de 2020

El legado de Felipe


Dígame usted, por favor, ¿de quién habla aquí el profeta, de sí mismo o de algún otro? —le preguntó el eunuco a Felipe. 
Hechos 8:34. NVI.

Lectura: Hechos 8:26-40.  Versículo del día: Hechos 8:34.

MEDITACIÓN DIARIA

Esta fue la pregunta que el etíope le hizo a Felipe cuando se encontraron por el camino. El etíope iba leyendo el Libro de Isaías, donde habla proféticamente del sufrimiento del Señor Jesús (Isaías 53:7-8). Al hacerle la pregunta, Felipe comenzando por este mismo pasaje, le anunció las buenas nuevas de Jesús y más adelante en donde había agua, el etíope pidió que lo bautizara (vv.35-38).
Eso es exactamente lo que nos corresponde hacer: no desperdiciar oportunidades para llevar el mensaje de salvación del Señor Jesucristo. Una muy buena lección para aprender.

Amado Jesús: nos presentamos delante de Ti para que seas Tú mismo abriendo caminos tanto hacia los incrédulos como también hacia los que tienen hambre y sed de justicia y no saben o entienden que Eres el Salvador de la humanidad. Gracias bendito Señor por tu amor y misericordia para el hombre pecador. Gracias porque Tú moriste por todos nosotros y cargaste sobre tus hombros todos nuestros pecados al punto de morir por ellos en esa cruenta cruz. Gracias porque hasta la última gota de tu sangre preciosa fue derramada por remisión de los pecadores. ¡Nos compraste con tu sangre! Ahora que te conocemos, permite que sigamos el legado de Felipe y sean muchos los que lleguen a tus pies. ¡Te adoramos Señor!

Un abrazo y bendiciones.


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