Yo les daré un corazón íntegro, y pondré en ellos un espíritu renovado. Les arrancaré el corazón de piedra que ahora tienen, y pondré en ellos un corazón de carne, para que cumplan mis decretos y pongan en práctica mis leyes. Entonces ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios.
Ezequiel 11: 19-20. NVI.
Lectura: Ezequiel 11:1-21. Versículos del día: Ezequiel 11:19-20.
MEDITACIÓN DIARIA
Nosotros, al igual que el
pueblo rebelde de Israel necesitamos que Dios nos de un corazón íntegro y un
espíritu renovado. También somos desobedientes; se nos olvida todo lo que
nuestro Señor hizo y sigue haciendo por nosotros. Todavía hay orgullo, mentira,
envidia, celos, contiendas. Todavía hay ídolos por encima de Dios; ídolos que
tenemos que derrocar, sacar de lo profundo del corazón para que solamente
abarque en su totalidad el mandato aquel que le dio el Señor Jesús a un maestro
de la ley, cuando éste le preguntó cuál era el mandamiento más importante: Amar al Señor tu Dios con todo tu corazón, con
toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. (Marcos 12:28-33).
Oremos para que así sea.
Para que nuestro buen Señor nos de un corazón íntegro. Para que ese corazón de piedra
que todavía nos carcome, sea completamente renovado y rendido a los pies de
Cristo.
Amado Señor Jesús:
gracias porque un día tuvimos la oportunidad de conocerte y entender que Eres
el Hijo amado del Padre que vino a salvarnos de las garras del pecado. Gracias
Señor porque tu Palabra es verdad y hoy, conociéndonos cómo nos conoces nos
afirmas que a nosotros los de tu pueblo, nos arrancarás el corazón de piedra
que todavía prevalece y pondrás un corazón de carne para adorarte y obedecerte
por encima de todas las cosas. Señor, arranca, destruye, demuele, toda clase de
orgullo, vanidad, envidia. Todo aquello de naturaleza pecaminosa sácalo de nuestros
pensamientos y corazón; que vivamos solamente para darte a Ti, toda la gloria y
honra. ¡Te adoramos bendito Jesús!
Un abrazo y bendiciones.
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